«La nostra monarquía / reflexa els Jocs de Trons / de una enredada familia / que comença a tocar fons». «Felip VI és el protagonista / de tot aquest entramat / les seues filles les Menines / tenen el futur asegurat». Dos mensajes que son duros en avaricia, que pueden leerse en cualquier foro republicano... y también en fallas. Porque la Familia Real dejó de estar protegida por la plástica fallera hace tiempo, pero ahora se aprecia un cambio sustancial: el relevo en la dinastía no cambia la dureza de las críticas. Si Juan Carlos I estaba desgastado, el rey Felipe VI no es rehabilitado por las figuras de cartón o corcho blanco pese a que su imagen se mantiene prestigiada.

No debe sorprender que los mensajes no sean amables. Los tiempos han cambiado y muchos artistas simpatizan confesamente con la izquierda y el republicanismo. En Ángel del Alcázar-José Maestre se puede leer una comparación con el cuadro de las Meninas:«Aixó que és encara asombrós / conservem des de les menines / ara regnen els Borbons / en un regne de mentides». Felipe se echa la mano al cuello de la camisa cuando ve la situación actual de la política y se le recuerda que ha heredado «l´empresa familiar».

El que no desaparece es Juan Carlos. Se trata de una figura muy agradecida de representar y tiene muchos iconos para acompañarle. El elefante de Botsuana es un recurso muy socorrido y la representación mas repetida es la de un monarca que se lo está pasando en grande en un retiro dorado. Aunque en fallas como Joaquín Ballester se le afea el «regal de Nadal» que dejó, en forma de hijo heredero.

Las infantas Leonor y Sofía también aparecen, recibiendo el reproche de que tienen el futuro asegurado sólo por ser quienes son. Las ambiciones de la reina Letizia también se dejan ver en forma de ninot. A veces, usando la tecnología. Por ejemplo, en Grabador Esteve se ha aprovechado esa ventaja para hacer un cartel recordando al «compi yogui». A lo que no llega la escultura, llega el software. El apéndice nasal de la asturiana se exagera hasta la saciedad, aunque en el Mercado Central han ido más allá y la han retratado como un mocho. La reina emérita, Sofía, mantiene el tipo.

En Na Jordana no les dejaron en 1990

Agustín Villanueva intentó en 1990 incluir a la familia real en una escena en la que aparecerían bajando de un helicóptero. Se lo comunicaron a la Casa Real con un escrito muy bienintencionado. La lacónica contestación de la Casa Real fue que «no sería del agrado» de la casa el aparecer retratados de forma combustible.