Miles de falleros han bajado ya a la ciudad de Alicante para asistir a las Hogueras. Tanto los que lo hacen por cuestión institucional (el hermanamiento entre comisiones) como los aficionados al «monumento fallero», que recorren las demarcaciones haciendo visitas y revalorizando la faceta plástica de la fiesta. Ayer era el gran día con el fallo de los premios a las hogueras adultas y dejó bien claro el dominio de los artistas de los gremios de Valencia y Burriana. Las seis victorias en siete categorías es, a la vez, un drama para los artistas autóctonos, que se han visto apartados en las grandes contrataciones y a quienes este veredicto les pone en una situación comprometida (a pesar de que, paradójicamente, los que plantan en Valencia suelen hacerlo con buenos resultados).

Sobre todo las categorías altas, donde el desembolso económico es mayor, se han convertido en una competición fallera de verano en toda regla, con la particularidad, en todo caso, de que los artistas adaptan formas y colores a las exigencias de una ciudad que requiere unas características diferentes por el tipo de público o la fecha del año.

No es de extrañar, por ello, que nada tenga que ver las obras de Manuel Algarra en Almirante Cadarso y en Maestro Gozalbo con la que ayer, y en compañía de José Gallego, les llevó a la victoria en Séneca-Autobusos por segundo año consecutivo. Algarra sigue sumando méritos y Alicante no es nada nuevo para él: este año ha celebrado sus 20 años seguidos en la Plaza de Argel.

La Especial supone también la revalorización de Mario Gual, que alcanza el segundo premio (su estética casa muy bien en la «terreta»), completando el podio Alejandro Santaeulalia.

El resto de artistas ganadores fueron Vicente Martínez Aparici, Javier Álvarez-Sala, José Lafarga, Art en Foc, José Luis Platero y David Sánchez.