La reinauguración del Museo Fallero reunió a una cantidad más que estimable de artistas falleros, pues además de las obras de Sergio Gómez y Manuel Algarra, también se abría la exposición dedicada a Vicente Lorenzo, un veterano contemporáneo de toda una generación de artistas. Tres de ellos se reunieron en un lugar muy especial. Se trata de Alfredo Ruiz, Luis Boix y Vicente Almela y se reunieron alrededor de las obras que el primero de ellos indultó a primeros de los años setenta. Vicente Almela recordaba posteriormente el significado de la imagen que colgó en las redes sociales: «en 1974, Alfredo Ruiz era el maestro, Luis Boix el oficial y yo el aprendiz. Casualidades de la vida, nos hemos vuelto a juntar. Con ellos, y gracias a ellos, empecé a aprender y a empaparme de lo que es hacer fallas». La obra en cuestión fue «La Tentación», que llevó el primer premio de la Sección Especial a la Plaza del Pilar. Una falla que no tiene nada que ver, estéticamente, con la evolución artística posterior de Alfredo Ruiz, pero que forma parte de su vida y obra, tanto como los indultos y como las fallas posteriores, esas que le han dado una de las personalidades más propias de la historia de la fiesta. Alfredo Ruiz decía con su habitual ironía al contemplar sus indultos (el viejo bañista, la pareja de hippies y el «gos rodamon» (1970, 1971 y 1972) que «se conservan mejor que yo».

Posteriormente, Almela también rescató la imagen del taller al completo, donde también estaban José Ruiz, Vicente Belenguer y Vicente Martínez.

Play back El concurso de la JCF premiará los mejores decorados e intérpretes

En cuanto se regrese del verano, uno de los focos de atención será el concurso de «play back», que alternará sus representaciones con el concurso de teatro, que también por esas fechas también echará a andar. El concurso de interpretación ha editado ya las bases y destaca como aspecto que habrá unos nuevos premios especiales: al mejor decorado y al mejor intérprete, tanto masculino como femenino, tanto en categoría individual-duos-tríos como en la de grupos. Lo único que es de esperar es que estos galardones no sofistiquen aún más los decorados, cuya instalación entre número y número eterniza los parones entre una actuación y la siguiente. También se recuerda que no encajar bien los veredictos y tener un comportamiento inadecuado puede suponer un año de sanción sin poder actuar.