La preselección a fallera mayor de Valencia de Pilar-Sant Francesc demostró anoche que todos los sistemas tienen imperfecciones y llevan a situaciones contradictorias. En cantidad, que no necesariamente en calidad. Ayer, siete falleras se disputaron tres puestos para la gran final de la Fonteta. En contraste, otras candidatas han tenido que pelear los puestos con muchas más. Por ejemplo, las dieciocho de Benimàmet-Burjassot-Beniferri de la semana anterior. Pero no hay ni trampa ni cartón: tan sólo aplicación limpia y pulcra de unas normas aprobadas por la asamblea de presidentes y que, salta a la vista, pueden generar situaciones contradictorias.

Las normas de la preselección se ha convertido, en los últimos años, en una dilatación del problema de la superpoblación de candidatas a la gran final. Cuando se crearon los sectores, cada uno de ellos aportaba una única fallera a la gran final. En 1989, la fórmula se amplió a dos. Pero ya con la entrada del nuevo siglo se consolidó la idea de ampliar a tres en el caso de los sectores más numerosos.

Primero, los sectores que podían aumentar en uno sus representantes lo eran en función al número de candidatas que participaban. Después, la asamblea de presidentes reblandeció aún más las condiciones: ya no se conseguía la cuota por el número de participantes, sino por el número de comisiones. Así, ahora es seguro que son siempre 72 las finalistas. Casi todos los sectores aportan tres. Tan sólo los más pequeños eligen dos: las Ruzafas, Poblats al Sud, Patraix, Mislata y la Creu Coberta.

Los datos son tozudos. El Pilar-Sant Francesc está formado por trece comisiones. De ellas, cuatro de ellas no tuvieron fallera mayor este año. Y, paradójicamente, no se trataba de comisiones frágiles de censo, bastante habituales en esa zona. Sí que lo es, en todo caso, Pintor Domingo-Guillem de Castro. Pero las otras fueron la Avenida del Oeste (los líderes de la clasificación histórica de representantes en la corte), Pie de la Cruz y En Plom-Guillem de Castro.

Y de las nueve falleras mayores que hubo en 2016, dos no se inscribieron en el concurso: las de Murillo-Palomar y En Sendra-Plaza Coll. La consecuencia fue que hubo tres plazas a dirimir entre María Pérez (Bolsería), Eva María Pérez (Quart-Palomar), Clara Romero (Plaza del Pilar), Inma Chuliá (Guillem de Castro-Triador), Elena María Cuenca (Periodista Azzati), Aida Franco (Guillem Sorolla-Recaredo) y Laura Carbonell (Telefónica). La suerte sonrió a las del Pilar, Bolsería y Quart-Palomar.

Curiosamente, el veredicto se hizo de rogar. La sensación general era que, a pesar de las pocas participantes, la competencia era mucha y buena. Otra contradicción, ésta a favor de las siete que ayer participaron en la prueba.