La comisión de la Universitat Politècnica tuvo una época, en la pasada década, que apareció con una cadencia espectacular. Tres falleras en cuatro años. Ahora llevan unos años de sequía que Ana tratará de romper. Ana y Daniela Sahuquillo, puesto que la comisión universitaria lleva a la Fonteta a sus dos falleras mayores de 2016. Llevaba muy pocos años de existencia la comisión cuando aparecieron los García Montalva. «Mi padre estudió allí, teníamos amigos y nos apuntamos. Yo tenía diez años».

Una comisión atípica. «Es verdad, no somos vecinos nadie, porque nadie vive allí, claro» pero con muchas ventajas: «somos la comisión que menos problemas tiene con sus vecinos, que menos problemas de aparcamiento da o tiene, que menos permisos tiene que pedir, que menos calles corta... y afortunadamente, somos muchos, por lo que nos van las cosas muy bien». Fue fallera mayor infantil «nada más llegar». No pasó preselección. «Tenía doce años. Ya estaba "criada"». Y ahora ha sido fallera mayor siguiendo la norma de un grupo de amigas «que cada una ha ido sucediendo a otra. De hecho, tenemos fechas cogidas ya hasta el año 2025».

Está estudiando segundo de arquitectura. «Sigo la tradición familiar. Mi padre y mi hermano son arquitectos técnicos. Quiero ser una muy buena arquitecta». Comisión peculiar, falla peculiar. Y tesis muy personal. «En una comisión tradicional, veo normal que la falla sea tradicional. En el Politècnic, la falla debe ser experimental, como las nuestras».

Este año, con más implicación aún. «La hacen en Bellas Artes, pero este año han incorporado a mi profesor, Pedro Cabezo. Y, claro, la he visto crecer. Y con la tecnología, puedo decir que yo ya la veía plantada en la plaza cinco meses antes».