Mi madre estaba por la noche bailando y a las ocho de la mañana venía yo al mundo. Ella ya estaba a los tres días en la merienda de los infantiles y yo desfilé el 17, con cinco días». Tenía prisa Andrea por explorar los entresijos de la fiesta y por eso vino al mundo un 12 de marzo. Como para no tener apego a la autora de sus días. «Ella es la que me peina y solo ella es la que lo puede hacer». Fallera siempre, eso sí, en la avenida de Manuel Candela, de la que sus abuelos fueron fundadores. «No fui fallera mayor infantil. Éramos dos las niñas que podíamos ser y yo ese año como que no acababa de verme. ¿Para qué íbamos a entrar en un sorteo? Ahora, de mayor, sí que lo sabía desde el principio que iba a ser».

Eso y mucho más: «soy la secretaria, son mantenedora, presentadora... me encanta el micrófono». La comisión había visto pasar su primer medio siglo de existencia sin una cortesana que llevarse a la boca „o al cuadro de honor„ «y el año pasado lo vivimos con Pilar Cubells en la corte infantil. Fue una forma de decirnos "es posible", que no es todo lo que se dice de enchufes o de tener "nombre" y te hace soñar un poco más».

Es una más, que son legión, vinculada al mundo de la enseñanza. «Ya soy educadora infantil y ahora estoy estudiando Magisterio de Educación Infantil». Y más: «trabajo de cajera en un Consum, doy clases particulares de inglés, cuido niños... tengo que pagarme el viaje que haremos "Les Plorones", un grupo que hemos hecho entre las falleras mayores de Camins al Grau. El año ha sido una experiencia que nos ha unido mucho. La gente nos metía miedo de que tras el veredicto se rompen las amistades, pero hemos conseguido que no fuera así. A cada una que se nombraba aún más. Y no es pose. De paso, callamos algunas bocas». En toda la boca.