Las ventajas que tiene haber trabajado en lugares altamente privilegiados, como Levante-EMV o Superdeporte, es que te puedes llevar los deberes a casa. Es lo que le sucede a Elena Hermida, que ha trabajado en ambos periódicos y, con la experiencia bajo el brazo „hay que decirlo: vino para cubrir bajas y dejó un gratísimo recuerdo por su seriedad en el trabajo„, «debo ser de las pocas falleras mayores que se ha hecho el llibret propio. Me lo maqueté, le hice los contenidos€?también llevo los temas de comunicación y redes sociales». La historia de esta licenciada en periodismo que recuerda a la de otra licenciada, esta vez en telecomunicaciones, que también se lo guisaba y se lo comía: Alicia Moreno. Si la historia fuera la misma€ Elena ahora está haciendo un master en marketing y hace prácticas en una agencia de esa rama pero en el mundo digital, Pro Solutions.

Con 26 años, su llegada a las fallas fue por iniciativa propia, «hace ocho años». En sus antecedentes hay una tía en la corte infantil, pero hace tiempo, tiempo. Siempre se había vestido, pero sin pertenecer de niña a una comisión. «Me apunté por una amiga que fue fallera mayor. Siempre había tenido esa pasión por las fallas y Trinitat-Alboraya está, además, muy cerca de casa. Es una comisión con mucho carácter familiar, aunque no sea una falla "pequeña" de tamaño. Eso hace mucho: poder tener ese carácter a pesar de ser bastantes. Ahora también he liado a mis padres».

Y consiguió ser fallera mayor. «No había y me lió el presidente». Lo recuerda con agrado porque «ha sido un gran año y me sentí muy arropada. Sobre todo del grupo de chicas, pero precisamente ver cómo se vuelca una falla contigo es de lo mejor que me llevo». De momento.