El camino de Paula Ortiz fue a contraestilo. Se da una de cada muy pocas: cocinera antes que fraile, cortesana antes que reina del barrio. «Pertenecí a la corte de Nela Ayora en 2002. Fui muy jovencita, con ocho años, pero me acuerdo de muchas cosas. Y al acabar me propusieron ser fallera mayor. Y dije que sí». Vivió experiencias muy especiales entonces y le sirvió para tener más momentazos años después: «¿Quién estaba en esa corte? Estefanía López. Y claro, el día que la eligieron fuimos a su casa».

Es de la falla Doctor Collado desde el principio de sus tiempos. Pero para ser de una comisión tan céntrica y tan poco residencial hay que tener estrecha relación con el barrio o llegar de rebote por amistad con algún fallero. Su caso es pedigrí: «mi abuelos ya tenían el puesto de venta de paella en el Mercado Central, a la entrada. Así que podemos decir que somos del barrio. Mi tía fue la que me apuntó. Doctor Collado es mi falla, es mi vida. No me imagino en otra».

Tras el el reinado infantil le tocaba el reinado grande. «Ya habían pasado amigas y me tocaba por edad. Era el último año de carrera, mi hermano se iba fuera a estudiar€ era el año». Levantinista confesa «y de abono en el Gol Alboraia». La pasada primavera acabó Derecho e inicia ahora el master de abogacía. «Me gustaría ejercer, pero también quiero hacer un master en Derechos Humanos, Democracia y Justicia Internacional. Es algo que me llama mucho la atención por lo que supone ayudar a las personas». Ayuda necesitaría si sale elegida de doce o de una «pero es la ilusión de mi vida. Viví el año más especial cuando estuve en infantiles y repetir sería€».