Si eres de la Nova d'Orriols no puedes decir «soy de mi falla de toda la vida» porque sólo tienen doce años y medio de vida. Pero Sandra sí que puede decir que «soy fundadora de la comisión». Tenía doce años cuando un grupo de falleros de San Juan Bosco, donde ella había sido fallera mayor infantil en 2003, decidió cambiar de aires y buscar una nueva demarcación. Y si lo normal en este tipo de casos es que la nueva falla sea precaria, ya conocemos la historia: los de La Nova se comen el mundo. «¿Que si estamos desacelerando? Para nada. No paramos de crecer. Es que vas a una junta y siempre te dicen que hay nuevas altas».

¿Cual es la clave del éxito? «Creo que todo lo hacemos en la calle, que vivimos para y por los vecinos». Ahora mismo, y con tan sólo doce años de vida, son la falla número 50 de más censo. «Sí: tengo suerte porque el día 19 hay mucha gente para el pasacalle. Y lo mejor es que también tenemos muchos niños» Ser fallera mayor lo tenía fácil porque va por antigüedad. Y si ella está desde el primer día... «y no se presentó nadie más. Llevaba ya unos años planteándomelo y llegó el momento en que dices "¡Ya. Este es mi año!"». Le permitió además estrenar la condición de fallera del selecto grupo de la Federación de Primera A. Y aunque la falla no fue precisamente un éxito artístico «disfruté de un gran año, arropadísima por todos».

La Nova d'Orriols vivió un trienio fantástico en materia "peineta": una fallera mayor infantil y dos cortesanas adultas de forma consecutiva desde 2012 a 2014. «Aquello lo disfrutamos mucho. Sobre todo, cuando Rocío fue fallera mayor infantil. Tenemos mucha ilusión de poder repetir. ¡Ahora me toca a mi!». Con 24 años se suma al grupo de educadoras infantiles „como la última cortesana de La Nova, Marta Arocas„. «Trabajo en la escuela Explora, que está por el nuevo Mestalla. y la verdad es que, desde acabé la carrera no he dejado de trabajar. Me considero afortunada».