Tamara Castaño tratará de repetir el éxito de la falla de la Merced, que tienen en la corte de Alicia Moreno a Beatriz Díaz. Es curioso porque ambas pactaron el turno de ser fallera mayor, pero primero fue la más joven: siete años se llevan. «Nos hacía ilusión a las dos, pero yo podía esperar y fue un acuerdo entre ambas. Yo no fui fallera mayor infantil y vivirlo fue una experiencia única». Si Beatriz es una superviviente „ser de Merced toda la vida„ tras muchos años de tiempos convulsos en la comisión, Tamara forma parte de uno de los no pocos grupos que han llegado (y han salvado entre unos y otros) a la centenaria comisión.

Viene del grupo de Benimaclet que aterrizó hace siete años. «Fui fallera de Poeta Asins-Alegret-Puzol y sigo viviendo allí. Aquello lo disfruté mucho en su momento, pero cambiamos y ahora vivo otro concepto de comisión en diferentes sentidos y he encontrado un grupo que somos una familia». Le pilla muy cerca haber vivido las vivencias de fallera mayor infantil de Valencia y cortesana adulta con las hermanas Sánchez Beltrán, Cristina y Patricia, en 2004 y 2010. Es enfermera y trabaja en cirugía del hospital Peset. «También estoy preparado la especialidad de obstetricia y ginecología». La matrona de toda la vida. «Tengo la vocación desde niña». Aunque no siempre es fácil. «Es duro porque vez todas las fases de la vida. Pero también es un trabajo gratifican muchas veces. Has de tener estómago, has de ver las cosas con aparente frialdad y dejar a la enfermera en la puerta de casa, porque también hay casos que te afectan bastante. De verdad que coges mucho cariño a los enfermos».

Cuando cuelga la bata baja al casal. «He pertenecido a festejos, infantiles, presentaciones€ y este año a loterías, que hemos recuperado el reembolso que tanto caracterizó a esta comisión». Y pasión por lo que se mueve en fiestas. Fue vista en la interminable vigilia para comprar un palco de la Batalla de Flores.