No está claro si tiene el don para «aplacar a las bestias, aliviar a los enfermos y agradar a los muertos», como su homónima en la ficción, pero lo cierto es que Yaiza Esteve le debe su nombre a Yaiza Perdomo, el fascinante personaje de la trilogía de Alberto Vázquez Figueroa («Oceáno», «Yaiza» y «Maradentro»). Si sale elegida (ella o las tres Yaizas que hay en la final infantil) añadiría este nombre típicamente canario al santoral de la corte.

La fallera de Mislata llegará al último escalón en la carrera de la corte recién finalizada la carrera de pedagogía y magisterio y, pase lo que pase, su futuro inmediato es «preparar las oposiciones». En septiembre tendrá otra oposición no menos emocional, para la que seguramente aplacará la tensión con su particular pasión: «las manualidades de lo que sea, maceteros, alfombras€».

Fallera desde que nació, tenía «pedido» el 2016, con los estudios a punto de acabar, para reinar en la más veterana de las comisiones de la población, Creu i Mislata, de donde fue infantil en 2003 y, entre medio, «de todo: festejos, protocolo, redes sociales€ lo que haga falta». Su padre ha sido presidente 16 años en tres etapas diferentes y tambén de la Agrupación. Eso sí, la carrera la ha perseguido casi hasta el final: «me habían puesto el último trabajo para presentar el mismo día de la elección a las cinco de la tarde. O sea, imposible: o una cosa o la otra. Fui a suplicar literalmente que me lo cambiaran y, afortunadamente, lo hicieron: me dijeron que lo presentara antes. Pero valió la pena».

Tampoco ella pudo romper la maldición de la falla grande de su comisión, que nunca ha conseguido un primer premio en los 72 años que lleva plantando «pero hemos llegdo a militar en la Sección Especial». Más suerte han tenido en la corte de honor, por donde ya han pasado cuatro falleras.