Inglés, francés, portugués, castellano, italiano, valenciano y árabe, todos mezclados, no agitados, forman la particular Torre de Babel de Alexandra Mínguez, consecuencia inmediata de su grado de Traducción, al que sólo le falta el trabajo de fin de carrera, y los estudios de filología de lenguas modernas. Y como la inmersión se refuerza saliendo de casa, el nombramiento como fallera mayor de Serranos-Plaza de los Fueros llegó por skipe, mientras pasaba medio año en Brasil. Llegó a la comisión del barrio del Carmen «hace cuatro años a través de amistades. Anteriormente había sido en Rascanya. Aquí estoy muy a gusto y no me cuesta demasiado: sigo viviendo en Orriols y estoy a veinte minutos andando de la falla».

Llegaron y besaron el santo. «Nos apuntamos toda la familia y mi hermana ya fue fallera mayor el primer año». Tanto, que también fue preseleccionada. «Nunca pensé en ser fallera mayor, no me lo había planteado. Cuando lo fue ella, yo ejercí de hermana caldosa. Pero al final me rendí y gustosamente. Lo conseguí por sorteo porque éramos dos». Un reinado del que hizo gala cuando participó en un concurso televisivo de buscar pareja que no funcionó y que grabó antes de las preselecciones. Llegó a Serranos para quedarse. «Estoy en la delegación de festejos». Y para aprender que en un reinado también se solucionan problemas rápidamente. «El pasado mes de junio, cuando fuimos a Alicante para desfilar en la Ofrenda con Polígono de San Blas, llegamos tranquilamente, pensando que era "mañana", estábamos viendo el partido de fútbol de la selección española... cuando nos llamaron porque era "hoy". Subimos corriendo, me vestí con un traje que no era mío, tiramos de imperdibles... nunca corrimos tanto».

Fallera de toda la vida, tanto que en casa tienen el «do it yourself»: «mi madre es quien me hace los trajes de valenciana y también quien me peina».