Marta Piquer jugaba a los médicos con la doctora Piquer, su tía, «y he acabado trabajando en su clínica dental como auxiliar de enfermería». A la vez estudia para ser técnico superior en Laboratorio de Diagnóstico Clínico. «Lo mío ha sido siempre la bata blanca».

Eso y las fallas, porque es de Vidal de Canelles-Sánchez Coello de toda la vida, tanto como que su abuela ya pertenecía a una comisión que no hace tanto tiempo celebró el 50 aniversario «y en este cumplimos lo mismo, pero de la infantil».

El destino la unió a Carla Cháfer, otra de las preseleccionadas, puesto que «fuimos falleras mayores infantiles en 2006 en el mismo sector. Después pasó el tiempo, cada una ya hizo la vida por su lado y este último ejercicio nos reencontramos». También comparten condición de preseleccionadas «las tres que mejor nos llevábamos. Fue una preselección extraordinariamente emocionante por eso». En su época infantil no tuvo opción, como Carla, de llegar a la elección final «entre otras cosas, porque era muy grande para entonces. Pero lo que sí que dije entonces es que, diez años después, sería fallera mayor y así ha sido. Sólo me presenté yo en la comisión y no tuve problema y el año que he vivido no hay palabras para describirlo».

En su época de infantil vio pasar el éxito muy cerca, con la presencia de Miriam Sánchez Masip y Berta Manzano en las cortes de 2004 y 2006, las dos representantes que han tenido allá arriba en su comisión. Alta, alta, tanto que hasta la edad junior «estuve jugando al voleibol en Xirivella. Me gustaría retomarlo». Se supone que gustosamente lo aplazaría en 2017.