Si el jurado se anima, a Rebeca Gómez le pueden dar un buen regalo de cumpleaños, de los mejores de su vida: el 19 de septiembre es un día en el que el acta con los trece nombres empieza a llenarse. Aunque ella no lo supiera hasta el 24 por la noche, sería todo un detalle con la muchacha. Y así se recompensaría a una comisión humilde, Poetas Anónimos-Real de Gandia, que el año pasado ya tuvo dos finalistas, no salió ninguna y que ahora repiten el doblete. «Estuve en la Fonteta como público. Íbamos con la ilusión de que, por lo menos, saliera una... somos una comisión humilde y, para nosotros, nuestras falleras tienen el mismo valor sean elegidas o no. Sé que este año se repite la historia. A ver cómo sale». Además, ella completará la trilogía: «he estado como público y como preseleccionada: estuve en la final infantil para la corte de Inmaculada Escudero de 2007».

Le falta... eso: salir elegida. Acaba de terminar el primer curso de los seis de Farmacia y Nutrición, aunque con el título en la mano quiere «hacer un master en Reproducción Asistida. me llama mucho la atención ese trabajo de laboratorio». Quizá le venga de que sus padres la apuntaron, como otras, antes de nacer, pero en este caso «cuando ya les confirmaron que, médicamente, ya era viable».

Sus padres son fundadores de la falla y de Benimaclet de toda la vida. «Los dos son del pueblo y cuando se casaron, siguieron viviendo allí». Y de tanto arraigo en el barrio que tiene mucho más de pueblo, ella está en un lugar tan emblemático como el Centro Instructivo Musical de Benimaclet. «Toco el clarinete desde los seis años y llevo tiempo en la banda. También hago ballet desde los cuatro años». Escuchar su nombre sería una bonita forma de completar el currículum. «Fui fallera mayor infantil el año del 15 aniversario de la comisión. Este año no había fallera mayor, mi padre era presidente por última vez y era el 25 aniversario. Ha sido perfecto». Pero aún se puede mejorar.