El presidente de la Junta Central Fallera, Pere Fuset constató ayer lo mismo que algunos de sus antecesores en el cargo: lo mucho que cambia la visión de la fiesta estando «fuera» o estando «dentro» del poder o la diferencia entre predicar y dar trigo. Ayer, uno de los personajes activos por definición en la fiesta, José Manuel Cort, no le recordó, sino que le recriminó abiertamente que no se estuviera cumpliendo la promesa electoral de convocar un congreso fallero, exigiéndole en caso contrario que dimitiera por incumplimiento de promesa. Fuset, que hace tiempo se dio cuenta que promesas como ésa las carga el diablo (repetidamente lo reclamaba Carlos Galiana a Francisco Lledó) se limitó a decir que se está en ello, que quedan tres años de legislatura y que lo que quiere es un congreso con garantías o, dicho de otra manera, con las cosas lo más consensuadas posibles previamente.

Fue una de las intervenciones más destacadas en una asamblea que no estaba llamada a tener sobresaltos, pero cuyo turno de ruegos y preguntas se prolongó hasta medianoche, incluyendo quejas por las sanciones recibidas en algunas comisiones por la no siempre contrastada falta de limpieza.

Sólo un poco antes el presidente volvió a reclamar la ayuda de las comisiones para llevar a cabo el Record Guiness del próximo domingo, con la preocupación de que todavía faltan participantes para cumplir la cifra de tres mil.

Montesa-Dr. Marañón, aprobada

El disparo de una traca en plena calle saludó la aprobación de la nueva comisión de falla: Montesa-Doctor Marañón, que fue ratificada, por lo que sus más de medio centenar de falleros ya tienen todos los requisitos. Una parte de ellos esperaban en el casal la confirmación de la noticia.