Los orígenes de la fallera mayor de Valencia son de La Safor: la madre, Isabel, de Gandia y el padre, Arturo, de Tavernes. Pero el Mifsud que tiene éste de segundo apellido lo traslada a la numerosa migración que hubo en el Siglo XIX procedente de Malta, y que ha dejado en la Comunitat Valenciana apellidos como Mifsud, Attard, Caruana, Fabri o Busutil. Arturo es economista y la madre es maestra y ella ya reconocía que tendrá que pensar en tomar la baja de «asuntos propios», más que justificados en este caso. Las hermanas son Esther, de 29 años, que fue fallera mayor en 2008, para quien Raquel ejerció de fotógrafa y su melliza, Ana, lógicamente de 24 años. Las tres tienen novio y el de la fallera mayor es fruto de la carrera: ambos se conocieron estudiando y compartieron también los años en Bruselas.

Cuando la familia se instaló en Valencia, primero vivieron junto al Mercado de Abastos, por lo que Raquel estuvo de muy niña en Alberique-Héroe Romeu. Poco después se movieron ligeramente en el barrio y acabaron al lado de la falla actual. Como muchos niños de la zona, estudió en Escolapias.

Verde, un color muy de fallera mayor y sin joyas

La vestimenta de la fallera mayor el día de la llamada se ha convertido ya en todo un icono de la moda. Un cuerpo de color verde oscuro y una falda brocada, recordando las telas de valenciana. Esto último recordaba bastante al vestido de Estefanía López, tal día como ayer hace dos años, dentro de una línea que estrenó Carmen Sancho de Rosa. Pero es que después llegó Alicia Moreno y también llevaba un vestido de color verde. Otra característica fue que no llevaba más joyas que unos pendientes

Billetes a fallas, reservado desde septiembre

Las hermanas relataban una anécdota que resume la pasión fallera de Raquel: en Bruselas reservaba los billetes para marzo en septiembre». Se nota que hay mucha unión entre las tres —las tres rubias y las tres altas—, la misma que reflejan los tres retratos que les hicieron siendo niñas y que presiden el salón de la casa.

Pasión: La anécdota de la Crida

La madre también destacaba uno de los ejemplos de la pasión por la fiesta que tiene Raquel Alario: «cuando estaba en Bélgica sabía el color del traje de la fallera mayor el día de la Crida antes que nosotras». Uno de sus tesoros es una carpeta en la que va guardando dibujos e imágenes, todo ello relacionado con la indumentaria.