Uno de los grandes problemas que dejó la crisis económica en las Fallas fue la retirada de fondos del apartado dedicado al monumento. Considerando casi innegociable que el apartado «Fiesta» había que dejarlo lo menos maltrecho posible para poder mantener el interés de los comisionados, el elemento principal, el que se planta y se quema, sufrió notables recortes. Y conforme avanza la recuperación económica, volver a destinar dinero a ese apartado no es especialmente fácil.

Las Fallas de 2017 tendrán más recursos, al menos oficialmente, para unos profesionales, los artistas falleros, que aún necesitarían mucho más para poder respirar con una tranquilidad que están muy lejos de poder disfrutar. Por cuarto año consecutivo, el total invertido sube. Muy lentamente, eso sí. Si en 2016 se especificaron en los contratos cantidades totales equivalentes a 6.920.500 euros, en 2017 ya casi se rozan los siete millones: 6.977.278. Bajan las fallas grandes, un retroceso que se podría explicar prácticamente con la bajada de presupuesto que ha registrado del Mercado Central, y que le ha hecho descender desde la Especial a Primera A „algo que, por cierto, ha arrastrado a su vez a Quart Extramuros a Primera B„ y, por contra, aumenta el de infantiles. Con los datos oficiales en la mano (que requieren todavía de la ratificación de la asamblea de presidentes), la falla más cara sería Convento Jerusalén con 200.000 euros y la más barata, Blasco Ibáñez-Mestre Ripoll con 600.

El pleno de la JCF dio también para una situación polémica, que el propio concejal fue quien expuso: un grupo de fallas ha solicitado por conducto reglamentario la reprobación de dos actos de la directiva de la Junta Central Fallera: las normas de régimen interno de la corte de honor, y la convocatoria del concurso de poesía para el Libro Oficial Fallero por, según se esgrime, contravenir el Reglamento Fallero. El presidente Pere Fuset, visiblemente molesto, calificó esta iniciativa como «una moción de censura en toda regla, que tiene motivaciones fuera de la fiesta. Son un tema, el del reglamento de las cortes de honor, que se debatió en la última asamblea y se dieron todas las explicaciones y de otro, el de los versos, del que no se hizo ni un sólo comentario en dicha reunión. Es una pérdida de confianza en esta directiva que nos ha sorprendido porque es la primera vez que se emplea este mecanismo y creo que no se ha calibrado su importancia».