En el intercambio de opiniones y desencuentros entre el concejal de fiestas, Pere Fuset, y su contrario en el PP del área, Félix Crespo, se escenificó ayer con un nuevo de opiniones y acusaciones. En las que se dio una nueva dimensión a la polémica. Si el domingo por la tarde, en el comunicado que firmaba junto con otros ex presidentes de la Junta Central Fallera decía que «nunca ha existido documento alguno», ayer en el discurso entraron matices: «no tengo que negar la existencia de recomendaciones».

Después de que la actual Junta Central desvelara la existencia de normativas anteriores a su mandato; es decir, en época del PP, que incluían la práctica totalidad de mandamientos dados ahora a firmar a las 26 falleras, Crespo defendió su existencia en el sentido de que «eran normas de uso interno, de sugerencia, de consejo para que sepa distinguir cuando llevar un tipo de traje u otro, como recibimos en cualquier invitación. Nunca se ha impuesto obligación para vestir de una forma u otra. Son documentos internos que no llevan firmas, no tienen registros de salida o de entrada, no se ha dado a firmar a ninguna fallera... nunca han estado vigentes» dijo durante un debate celebrado en Radio Valencia.

Se entregaban si se pedían

No se firmaban pero, ¿se entregaban a las falleras? «Se entregaba cuando alguna lo pedía para recordarlo. ¿Alguna pedía una fotocopia? Si. Yo no he negado nunca que hubiera recomendaciones».

El edil popular hizo especial hincapié, en sus críticas a Pere Fuset, en uno de los artículos que son de cosecha propia del actual equipo rector: la facultad de los o las acompañantes para obligar a cambiarse a alguna fallera si vestía "inadecuadamente". «Nos escandaliza la potestad de coaccionar a una persona para obligar a cambiar la vestimenta. Un artículo vejatorio, criticado por las falleras mayores de Valencia, cortes de honor y falleros de a pie y en su propio partido. Ahora pretende argumentar que porque existían unas normas no aprobadas, que no eran más que las recomendaciones de funcionamiento, que eran sugerencias pero luego obraban libremente, ocultar que aquí había potestad para mandar a una chica a su casa. Es una cortina de humo. Desde el primer minuto se está encubriendo».

El que fuera presidente de la Junta Central Fallera también recordaba que «el señor Fuset, que es el único responsable, sólo hizo públicas las normas cuando se vio acorralado. Y una vez se han conocido, ha recibido críticas hasta de la gente de su partido, como Mónica Oltra ¿Cómo se puede poner en negro sobre blanco que se pueda mandar alguien a casa?».

De las normas que existían durante su mandato defendió que «no se dice que son sugerencias de la Escuela de Protocolo y que no son imposiciones, sino recomendaciones. Y siempre se les ha dado la potestad para vestir como quisieran».

Enrique Real: «Debe acabarse ya»

El concejal Enrique Real se refirió también en este sentido en declaraciones a Levante-EMV. Real, que abandonó la Junta Central Fallera en 1989 sugirió a Pere Fuset que «acabe el tema en la asamblea de mañana (por hoy) retirando las normas. Además, está mal hecho lo de hacer firmar. Firmé el escrito de crítica porque consideré que merecía la crítica. Nosotros jamás necesitamos normas, ni escrito alguno. Nos bastaba con la comunicación que teníamos».

Un mail pedía que no se aireara el manual del PP

Dentro del debate sobre la legitimidad de las normas que existían en anteriores legislaturas del PP, el concejal Pere Fuset deslizó ayer un correo entre responsables de la Junta Central Fallera en el que se reconocería la existencia del manual y su condición de texto no aprobado por algún estamento fallero, sea el pleno de la Junta Central Fallera o la asamblea de presidentes. En una conversación a través de correo electrónico se reconoce, refiriéndose a las normas vigentes en aquella época, que «este manual de buenas prácticas se aprobó el 14 de septiembre pero, como dices, se prefirió no darle publicidad. Quizá eso sea un mal menor y esa sea la posición más prudente antes que generar discusión sobre un protocolo de actuación no debatido abiertamente».

«No puedo decir entre quienes se produce el diálogo por preservar la protección de datos, pero la conversación es así» dijo Fuset al respecto.