Con un discurso del presidente de Etiopía quedó inaugurada la undécima reunión del Comité Intergubernamental de la Unesco en Adis Abeba. Milatu Teshome destacó que «nosotros entendemos el Patrimonio como el legado del pasado y lo pasamos a la siguiente generación». Ese es el espíritu de aquellas manifestaciones culturales que se presentan a la reunión de este año y que aspiran a conseguir esa condición: Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

En la zona posterior del hemiciclo de la sede de la ONU (les toca porque va por orden alfabético y se rige por la «S» de «Spain»), los representantes valencianos aguardan su momento. El horario es entre las site y media de la mañana de mañana, miércoles y las diez y media del jueves. La candidatura fallera será la que se analice en el puesto 30 de 37, con lo que ésta podría tener lugar en cualquiera de las dos fechas.

Desde Adis Abeba llegan novedades. Por ejemplo, parece ser que ni siquiera habrá un turno de palabra de los representantes de cada país que presenta candidatura. En principio se pensaba que el delegado del Ministerio de Cultura haría una sucinta exposición. «Ni siquiera es seguro que haya un orador» aseguraba a Levante-EMV el concejal de Cultura Festiva Pere Fuset. «Podría ser que se aprobara sin ninguna intervención. Eso será conforme lo vea la mesa».

Contestar posibles críticas

Puede darse el caso si hay alguna pregunta que hacer, que podría llegar por las críticas llegadas a la Unesco, especialmente entre colectivos antitaurinos y que, aunque ya fueron contestadas, podría requerir aclaraciones orales que «en ese caso, sí que harían los técnicos del Ministerio de Cultura». Lo mejor que podría pasar es que no fuera necesario, porque quiere decir que los miembros del comité han llegado ya con la opinión formada gracias al informe de la comisión evaluadora, que bendecía sin ningún tipo de duda la candidatura de las Fallas.

Las reuniones son de todo menos interesantes: todo cuestiones técnicas, y especialmente en la primera jornada. No son convenciones-espectáculo ni mucho menos. En la convención priman, en todo caso, corrillos entre diplomáticos y técnicos, mientras que el resto de asistentes tienen, y más de momento, contemplarlo como público, aunque los valencianos han tenido tiempo para «dar algunos libros y, sinceramente, recibir felicitaciones. Fuset reconocía que su sueño es poder hablar «porque sería para agradecer que nos lo han concedido».

La delegación valenciana está siendo ayudada por la embajadora de España en la Unesco, Teresa Lizarazu, y el embajador en Etiopía «que se ha portado muy bien con nosotros». No podía negar Pere Fuset que «la delegación española está tranquila, pero no dejamos de tener los nervios a flor de piel». Más teniendo en cuenta que la capacidad de decisión, ahora mismo, ya no está más que en manos del comité. Por lo menos, la candidatura de las Fallas cuenta con la ventaja del informe favorable, algo que les da ventaja sobre los proyectos presentados por Bangladesh (con una celebración artística que guarda ciertos parecidos con las Fallas), Bielorrusia, Corea del Norte, República Dominicana (que presenta la tradición musical del merengue), Egipto, Etiopía (los anfitriones), Georgia, Alemania, India, Iraq, Kazajistán, México, Nigeria, Rumanía, Moldavia, Eslovenia, Sri Lanka, Venezuela y la dupla Chequia-Eslovaquia, obligados ahora a hacer labor diplomática para intentar superar el suspenso que recibieron.