Poca gente en Valencia ha sido ajena durante este tiempo al trabajo que se estaba realizando para conseguir que las Fallas fueran reconocidas como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. De ello se han encargado tanto la Junta Central Fallera como el resto de entidades e instituciones implicadas con la colaboración anónima de la sociedad fallera, especialmente alimentando el hastag #FallesUNESCO durante estos meses y asistiendo a la larga lista de actos y celebraciones de promoción que se han intensificado durante el último año.

El objetivo: dar visibilidad a la candidatura y poner en valor la labor que se estaba realizando en los despachos. La última gran cita se celebró hace apenas quince días: el presidente de la Junta Central Fallera, Pere Fuset, y la fallera mayor de Valencia, Raquel Alario, viajaban a Bruselas para reivindicar «in situ» las bondades de una candidatura ampliamente respaldada. Algo que la propia directora general de la Unesco, Irina Bokova había conocido de cerca en su visita institucional que giró a Valencia en marzo del año pasado. Apenas dos semanas antes del viaje a Bruselas, partía hacia el noroeste de Inglaterra una fallita infantil del artista Mario Gual que iban a conformar la falla infantil plantada en Lancaster como parte del Festival de las Luces de esta ciudad. Hubo «plantà» para promocionar la candidatura, pero también paellas y hasta una charanga en la primera salida internacional de Alario como fallera mayor 2017.

Antes de las dos salidas europeas, los actos se habían concentrado en Valencia. El 29 de febrero pasado, el pirotécnico Vicente Caballer disparaba una «mascletà» especial por la candidatura de la mano de Amstel y unos pocos días después tomaba forma en la plaza del Ayuntamiento el boceto imaginado por Manolo García para la falla municipal: Un gran artista fallero construido en vareta presidía el monumento que, bajo el nombre «Falles en el món» quería apoyar la internacionalización de la fiesta. Este año, no solo el monumento de la ciudad hacía referencia a la candidatura, también el cartel de las Fallas 2016, obra de Ibán Ramón que, con cinco imágenes distintas rendía homenaje a los elementos más importantes que apuntalaban la candidatura. Todos incluían ya el lema «Candidates a patrimoni de la humanitat». Entre medias, la ciudad aún acogió otras citas: la Cabalgata del Patrimoni, que el 14 de marzo incluía los elementos de la fiesta de la Mare de Déu de la Salut y que partía de la Lonja, y la presentación de un libro dedicado al Patrimonio.