Jesús Peris, presidente de la Associació d´Estudis Fallers, ve en el reconocimiento de la Unesco una oportunidad para fortalecer la autoestima de los valencianos. «Tendemos al autoodio, está bien que desde fuera nos digan de vez en cuando lo que hacemos bien y que valoren lo que tenemos, así también lo valoramos nosotros», explicó a Levante-EMV.
Para Peris, el galardón de la organización de las Naciones Unidas reconoce no solo los monumentos en sí, sino todo lo que conlleva social y culturalmente. «El elemento identitario y la sociabilidad popular son rasgos distintivos de la fiesta que hace 15 años se estaban olvidando. Se estaba apostando en clave de gran evento, convirtiendo las fallas en lo que no son, como la Fórmula Uno o la Copa del América... hubo una época que parecía que la fiesta era quemar monumentos de un millón de euros y ya está», apuntó el presidente del ente. «Hay que preservar a las fallas de todo eso para que continúe siendo una fiesta de los valencianos y para los valencianos para atraer turismo cultural. Rediseñar las fallas para convertirlo en un gran evento hubiera sido un error», añadió Peris.
El presidente señaló que el distintivo internacional ayudará a «mejorar» el fenómeno, por la vía de su preservación. «Mejorar es volver al origen», apostilló. En ese sentido, recordó que la asociación que dirige nació en la década de los 90 para conectar la fiesta con el mundo universitario y fomentar los estudios sociológicos y de calado que han llevado a la Unesco a reconocer su relevancia.
