Vestir a las falleras mayores de Valencia y cortes de honor significa ganar una notable visibilidad en el mundo de la indumentaria tradicional. Aunque el reto no es siempre fácil: las 26 falleras proceden cada una de un lugar de la ciudad y de una indumentarista diferente. Razón por la cual están acostumbradas a unas «manos de confianza». Realizar los trajes y que gusten a todas ha sido, tradicionalmente, uno de los grandes retos de las firmas que las vestirán a todas, además de lo que supone de aumento de volumen de trabajo en cada taller y compaginarlo con la clientela habitual. Ese es el reto al que se enfrentan Serrano&Navalón con las mayores y Amparo y Paz con las infantiles.

Una labor que no supone un negocio especialmente lucrativo: si no contamos la obligación de realizar doce corpiños para la Ofrenda y lo que puedan gastar con los elementos que no están incluidos en el contrato (cintas, entretelas, puntillas...), la elaboración de 26 trajes le sale a cada empresa a una media de unos 400 euros por traje. A cambio se gana en esa «visibilidad» o en protagonizar actos como el realizado en el Palacio de la Exposición en la presentación oficial de los mismos.

Entre las firmas que estrenan la condición de «oficiales» están, además de Amparo y Paz, los responsables de las peinetas, Castillo Cinceladores, así como Mavimar en los cancanes del traje Siglo XVIII y Di Abani en los abanicos infantiles. Otra novedad es el estreno de un nuevo aderezo para los segundos trajes (los «Siglo XVIII») de Art Antic.

El resto son firmas ya expertas en estas lides: Vives y Marí (telas corte de honor), Entretelares (telas corte infantil), Viana (delantales y manteletas infantiles), Hijas de Carmen Esteve (delantales y manteletas mayores), Art Antic (aderezos), Solepiel (zapatos), Elvila Bella (calcetines), Isidro Calvete (jooias), Teresa Caballer (moños), La Llar del Fil (cancanes Siglo XIX), Ana Muñoz (abanicos mayores) y Camilo Miralles (pañolones, que hacen su propio acto).