La Sociedad General de Autores conoció de primera mano lo que es la presión de las fallas. Durante la reunión a tres bandas mantenida con representantes de la Junta Central Fallera y de la Interagrupación, los miembros este colectivo «apretaron» a la entidad de gestión cultural haciéndoles ver que cargar con un nuevo canon a las comisiones (cobrar los derechos de autor en las verbenas) es un quebranto más para unas comisiones ya de por sí precarias, además de que sería difícil de cobrar.

Pero, a la vez, los representantes de los artistas recordaron que se trata de un derecho que figura desde hace años por ley y que se atiende en cualquier otro ámbito en el que se celebren espectáculos musicales. La negociación y el acuerdo parece el único camino para desbloquear uno de los últimos conflictos del ejercicio fallero. No hay cantidades todavía decididas, pero ya se habla de si veinte mil euros entraría dentro de unos límites aceptables. En cualquier caso, el concejal de Cultura Festiva, Pere Fuset, ya advirtió que tiene que consultar con la intervención municipal si la JCF puede hacerse cargo de una hipotética nueva carga, más allá de la cuota anual. De momento, lo que está firmado es una rebaja del 25 por ciento sobre las tarifas. El director de la SGAE en la Comunitat Valenciana, Álvaro Oltra, quiso puntualizar en ese sentido que «las fallas deben tener claro que si se les ha pedido pagar algo que antes no pagaban no quiere decir que no debieran haberlo hecho antes».

Oltra, mostraba ayer su convencimiento de que «llegaremos a un acuerdo, y estoy seguro de que antes de Fallas». Las tesis que se han barajado son las de aplicar una «tarifa plana» a todas las verbenas, abonable por la Junta Central Fallera „si hay encaje legal para ello„ o aplicar una moratoria de un año. «Quizá no hayamos sabido transmitir el destino del dinero que facturamos. Tampoco vamos a negar que, siendo como somos una entidad recaudatoria, sólo por lógica no estamos bien vistos. Pero somos una entidad amparada por la ley, que tiene como objeto que el dinero vaya a parar a los autores».

Oltra aseguró que «ahora mismo no sé cual va a ser la solución, porque las partes tienen que analizar el tema y nosotros también, porque la decisión que tomemos tiene que estar en coherencia con la forma de actuar en otros ámbitos. Lo que sí que ha quedado demostrado es que tanto la SGAE como la Interagrupación y la Junta Central Fallera están por solucionarlo y que el foco pase a otras cuestiones».

La recaudación no es especialmente sencilla para una entidad que precisaría de un sistema burocrático importante: son muchas las comisiones y las cantidades son relativamente modestas. Levante-EMV publicó ayer que la Sociedad presentó 453 reclamaciones de derechos de autor, por un montante total sobre los 60.000 euros. «El derecho lo teníamos desde hace tiempo. No es una cosa que acabe de llegar ahora. Y ya hay comisiones que sí que pagaban. Y lo que pretendemos es equiparar a todas».

El reparto de los derechos de autor se calculan con un algoritmo y está relacionado con la autoría de las canciones, los repertorios de cada orquesta y la frecuencia con que actúan. «Antes era mucho más complicado porque se hacía todo manualmente. Ahora hemos conseguido que el reparto sea más sencillo y más justo».

También aclaró la cuestión relacionada con la condición de entidad sin ánimo de lucro de las comisiones. «El hecho de que lo sean no exime la existencia del derecho. Lo que cambia es la cuantificación. Cuando el espectáculo exige una entrada, los derechos de autor se establecen en relación con la taquilla. En casos como el de las fallas se hace sobre el presupuesto que tiene el evento». De hecho, la tarifa más extendida dentro de las 453 reclamaciones realizadas a las fallas era de 116 euros (IVA incluido) para discomóviles, sobre una base media de 1.500 euros.

Y otra duda suscitada es si las fallas no estarían pagando lo que ya abonan las orquestas. «Nunca se duplica el pago. Este corresponde a los organizadores, que son los únicos responsables de formalizar los derechos de autor».