Una «mascletà» es mucho más que un disparo, más o menos ordenado, de pirotecnia. O una excusa para pasar un buen rato a mediodía. También tiene mucho de expresión de emociones. Por lo que significa o por lo que rememora. Ayer se dio esa circunstancia en un par de casos especialmente. Porque una «mascle» puede ser también una forma de recordar a un ser querido. Ayer, mientras se montaba el disparo de María Angustias, se rotulaba el primer «tro d'avís»: «May, Siempre en el Recuerdo». Era la forma de recordar a May, Amparo Rieta, una de las impulsoras de la Fundación Maides -una de las asociaciones benéficas bajo la advocación de la Virgen de los Desamparados, con bastante implantación en la fiesta fallera-, y de la que se acordaron miembros de los Seguidores de la Virgen como Miguel Calatayud y su esposa Martsa o Manuel Castellano. Amorosamente se escribió el mensaje, que ascendió a los cielos en los compases previos a la sinfonía de la pirotecnia granadina.

Una pirotecnia que también tiene motivos para emocionarse cuando dispara en Valencia. Porque no hace tanto tiempo fallecía uno de sus responsables, José Pérez y ahora siempre se le recuerda. El año pasado, los profesionales de Guadix no tuvieron mucha suerte porque les salió un día desapacible. Pero ayer sí que fue todo redondo: el disparo salió muy bien, fue muy aplaudido y aunque en estos primeros días a la gente le falta todavía un poco para venirse arriba, ayer había emociones a flor de piel. Hoy se completa la dupla andaluza con el disparo de Alpujarreña.

Ajenas a esto, pero agradablemente sorprendidas, las falleras Erasmus de la Universitat Politècnica disfrutaron del disparo. Pasan los años y la comisión universitaria, una avanzada en la innovación estética, viste de forma totalmente ortodoxa a algunas de las estudiantes, que exportan de esta manera la fiesta a sus países.

Llibret para la falla municipal

El ayuntamiento ha editado dos llibrets para las fallas municipales y no consta que ésto ocurriera desde hace tres décadas. En su día, la plaza tenía su propia comisión. Al quedar asumida por el ayuntamiento con la llegada de la democracia, se perdían algunas costumbres, incluyendo la de la «explicació i relació». Han sido coordinados por Josep Lluis Marín y los versos de la falla grande los ha realizado uno de los artistas que intervienen en la misma, Paco Pellicer.