La «plantà» amenaza con complicarse con malos augurios. Pero los artistas trabajaban anoche sin pensar en ello porque el tiempo apremia. No es un proceso ni especialmente rápido ni lento el de este año. Cada uno tiene perfectamente marcados los tiempos e interrumpir el proceso puede provocar un colapso del ritmo de trabajo. Aún así, el semblante era, lógicamente, de preocupación: está en juego el trabajo de todo el año. Y, como siempre, mucho más que temer al agua, se teme al viento. Aunque ninguna de las dos circunstancias es bienvenida. No hace tanto tiempo atrás se han sufrido las consecuencias de las cortinas de agua en plena plantà. Èsta afecta, sobre todo, a la pintura, pero también corre el riesgo de embolsarse en el interior de los grandes volúmenes. Así que los artistas trabajaban como si no hubiera un mañana, fiando su suerte al destino.

Como lo que verdaderamente emociona son las caras y las expresiones, las que más se estudiaron ayer fueron las de Exposición y Duque de Calabria, que empiezan a mostrar claramente sus bazas. Pilar y l´Antiga de Campanar subían al cierre de esta edición, pero todavía trozos inanimados (aunque el puente del Pilar se está convirtiendo en uno de los elementos más fotografiados). También han llegado, aunque empaquetados, los elementos principales de Maestro Gozalbo. La Primera A también crece ya.