Un desfile encabezado por los Gegants de Jaume I y Na Violant y los Cabuts de Ausiàs March y el botánico Cavanilles y clausurado por el grupo boliviano de danza tradicional boliviana Tinkus Wapuri. La Cabalgata del Patrimonio reunió ayer una nutrida concentración de manifestaciones festivas y rituales ancestrales de un valor histórico incalculable. El evento, que se ha consolidado en la agenda de las Fallas, se estrenó en 2016 para reivindicar la candidatura de la fiesta a la declaración de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad de la Unesco. El recorrido lúdico por el centro de València se reeditó en esta ocasión con vocación internacional, ahora con los deberes ya hechos y el objetivo cumplido.

A ritmo de la Colla de Dolçainers i Tabaleters de la Junta Central Fallera, los Gegants i Cabets de la Ciutat cumplieron con su papel de anfitriones y abrieron con puntualidad una marcha que partió de la Lonja -otra joya inmaterial la Humanidad- y transitó por la Plaza del Mercado y las calles de María Cristina y San Vicente -abarrotadas de público- para finalizar en la Plaza del Ayuntamiento, donde aguardaban las Falleras Mayores y la Corte de Honor. Cientos de espectadores presenciaron el evento.

Nutrida representación boliviana

La comitiva del cap i casal dio paso al baile de los Porrots de Silla, una milenaria danza ritual guerrera en trámites de ser declarada Bien de Interés Cultural que, cada 6 de agosto, representa el enfrentamiento simbólico entre dos bandos. Los vencedores se cargan a la espalda a los adversarios, con una coreografía que se remonta a la época grecorromana basada en once figuras al compás de dolçaina y tabal.

Tras los Porrots, un colectivo de mayores y niños de la Asociación Cultural Popular China interpretó el baile tradicional del Dragón y exhibió una amalgama de danzas alrededor de la figura mitológica, también reconocidas por la Unesco. Los bailes del Carnaval de Oruro (Bolivia) que cerraron el desfile están considerados, igualmente, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Los bolivianos fueron los más numerosos y los que más colorido, ambiente festivo y música aportaron a la cabalgata: participaron con cinco grupos de baile -La Diablada, la Morenada Verdaderos Fanáticos, Salay Cochabamba, Tobas Amazonas y Tinkus Wapuris- para recrear una celebración que engloba creencias y exhibiciones de diversa procedencia.

Precisamente, desde el ayuntamiento subrayan el papel multicultural y vertebrador de un evento que conjuga celebraciones con marcado acento universal.