Los miles de visitantes que, desde que acabó la Ofrenda poco después de la una de la madrugada del sábado al domingo, empezaron a visitar la Plaza de la Virgen se encontrarán con un manto que tiene un significado muy especial. En esta ocasión, los Vestidores de la Virgen han querido simbolizar el amor de la Mare de Déu por todos aquellos inocentes que sufren. Por este motivo, en la parte posterior hay un corazón abierto.

En el pecho de la imagen hay un elemento ornamental, un jarrón de clavel rojo del que surgen hojas de palmera. Pero si hay un elemento que llama especialmente la atención es la presencia de docenas y docenas de ramos que llevaron las falleras mayores de las comisiones y que aparecen tachonados entre los claveles rojos y blancos.

Este manto será un elemento muy fotografiado, como también las canastillas entregadas por las comisiones. Entre todas ellas destaca poderosamente la sorpredente presencia de un elefante llevado por la comisiónde Espartero-Ramón y Cajal.