La envergadura de la falla municipal ha resultado ser récord de altura en lo que al monumento se refiere, pero un quebradero de cabeza de los responsables de la seguridad, primero por el temporal de agua y viento de estos días y, sobre todo, por la «cremà». Sus 41 metros de altura han obligado a los bomberos a reservar un perímetro de seguridad de 60 metros alrededor de la falla, lo que significa que muchos de los asistentes al final de la fiesta tendrá que ver el fuego desde fuera de la plaza.

El pasado domingo ya se reunió de urgencia una comisión encabezada por el alcalde de Valencia, Joan Ribó, para analizar la seguridad de la falla municipal en los próximos días. Lo prioritario era el temporal de agua y viento anunciado para el lunes y el martes. De hecho, allí se decidió amarrar la falla con tirantes para evitar que el viento, sobre todo, pudiera derribarla, con el peligro que eso hubiera supuesto para los viandantes y los propios operarios del taller fallero. El monumento se había levantado el día anterior de manera manual.

Pero hay un segundo problema que tiene que ver también con la envergadura del monumento de Manolo Martín, y es que mide 41 metros de altura. Eso ha obligado a adoptar especiales medidas de protección. Siempre que la Concejalía de Fiestas elige un boceto, el cuerpo de bomberos diseña las medidas de seguridad de la «cremà» atendiendo a sus materiales y su envergadura, con especial atención a la caída del remate. Y dependiendo de esos cálculos se traza el perímetro de seguridad en la plaza.

Va de récord

Pues bien, este año hay récord de altura y consecuentemente récord de distancia para verla. Según fuentes municipales, el perímetro acordado es de 60 metros alrededor de la falla, lo que significa que gran parte de los asistentes al fin de fiesta van a tener que verlo más alejados de lo normal e incluso fuera de la Plaza del Ayuntamiento. Hay que tener también en cuenta el perímetro de seguridad del espectáculo pirotécnico.

Para que se hagan una idea. No podrá haber gente en la calle la Sangre. Los primeros estarán ya cerca de la calle San Vicente. Y por el lado contrario, los más próximos estarán ya en la salida por la calle calle Las Barcas.

De todas formas, parece que el control de la «cremà» y la seguridad de las personas está plenamente garantizada. El perímetro descrito es muy garantista, dijeron las fuentes, que aseguran que el tramo más alto del monumento se quemará con mucha facilidad y sin caída, mientras que el resto de la falla, con fuerte cuerpo de carpintería, tardará bastante más en consumirse.

La previsión es que sea una «cremà» lenta la de este próximo domingo.