Con muchos apuros, números en la mano, Jesús Hernández Motes y su directiva «que continuarán íntegramente en sus principales cargos» revalidaron el mandato en la Interagrupación de Fallas tras un empate en la votación que deja muchos interrogantes por delante, pero no menos de los que le esperan a la fiesta, a nivel de funcionamiento asambleario, en los próximos meses. «La valoración es positiva por lo que supone mantener la confianza de once agrupaciones teniendo en cuenta que enfrente había una candidatura muy potente. Y también tenemos claro que hay que ganarse la confianza de la otra mitad. Creo que con muchas de ellas se conseguirá sin problemas, visto cómo se han desarrollado los acontecimientos y que, al final, todas iremos juntas, si así queremos, a cumplir los objetivos que debe tener la Interagrupación».

No quiere mirar atrás de lo sucedido en los últimos días, pero el pasado recuerda lo sucedido años atrás. «La vez anterior en que hubo votación para la presidencia, y se quedó 12 a 10, la Interagrupación se quebró y perdió el peso que debe tener. Entiendo que todos hemos aprendido de aquella experiencia y que, una vez finalizado el proceso, continuemos adelante. De los errores se ha de aprender».

¿Era la de Fernando Manjón una candidatura bien vista por la concejalía? «Bueno, ha habido muchos rumores en ese sentido, pero prefiero pensar que no estaba alentada. Nunca le he dado importancia a ese tema. Nosotros nos hemos limitado a cumplir con nuestra declaración de intenciones».

Ahora falta por saber si alguno los miembros más significados de ese grupo pasan a engrosar el equipo de confianza de Pere Fuset en la Junta Central Fallera. Motes asegura que «me alegraré por ellos si así lo aceptan, pero me sorprendería y creo que el colectivo de las agrupaciones no lo llegaría a entender. No soy quien para ponerme en el papel de otros. Yo, desde luego, si no hubiese ganado la votación, no habría entrado en la JCF si se me propusiera».

Relación con el concejal

Una vez acabado el proceso electoral empieza el día a día y esa particular relación amor-desamor con el concejal de fiestas. «Yo espero más de Pere Fuset. Y espero que se deje aconsejar por los que queremos la fiesta y que no vamos en contra de él. No debe ver un enemigo en la Interagrupación. Con voluntad, es mucho más fácil de lo que se imagina. Basta con poner facilidad, diálogo y consenso. El fallero quiere ver gestos y eficacia. Por ejemplo, en volver a cobrar rápidamente las subvenciones, porque vamos ahogados; en presionar para que no nos suban los precios del agua y la luz en la semana de fallas de forma salvaje... cuando hemos dialogado ha sido todo muy fácil. El ayuntamiento debe seguir un camino y la Interagrupación el mismo, pero paralelamente, para que si se produce un desvío en esa trayectoria, decirlo y avisarlo para seguir la senda, que siempre querremos todos que sea la mejor y la que quieren los falleros».

Para el futuro, el Congreso Fallero, con el debate sobre la desvinculación de la JCF del poder municipal. «Siempre he dicho que es mejor seguir como estamos, esté quien esté en el ayuntamiento. El consistorio nos da unas facilidades que, de otra forma, nos costarían mucho más. Pero ha de haber una relación de complicidad para que no surjan las voces en contra que piden la separación. He defendido desde hace tiempo la idea del intermediario, de ese asesor elegido por los falleros que haga de puente entre ayuntamiento y fallas. Eso es mucho más sencillo y más efectivo que pensar en una desvinculación que no nos beneficiaría a nadie».

Para el presente inmediato «tenemos que arreglar lo de la clasificación de fallas, que se ha dilatado por las elecciones, pero debemos llegar al acuerdo rápidamente».

Sobre el cambio en la secretaría general dijo que «a sabiendas o no, José Martínez cometió un error que hizo daño a la fiesta y que le ha pasado factura. ¿El nuevo? Me conformo con que sea fallero y que venga con ganas de unir. Si ambas cosas se cumplen, estará bien».