El polvorín en el que se ha convertido la actualidad social de las Fallas vivió ayer nuevos episodios. El primero lo protagonizó el concejal Pere Fuset cuando, a media tarde, anunció su renuncia voluntaria a presidir los órganos de decisión fallera (asamblea de presidentes y pleno de la JCF), delegando en su vicepresidente primero, Javier Tejero, con objeto de «garantizar así que los debates y las decisiones del ámbito festivo no estarán afectadas, de facto o por percepción, por la presencia de una figura política y que el debate de politice, ya sea desde el gobierno o desde la oposición. Es una oportunidad de despolitizar y de no ser una interferencia. Así, la asamblea soberana seguirá tomando las decisiones en el ámbito fallero y en el ayuntamiento se tomarán las del ámbito político, algo que no puedo dejar de ser».

Esta decisión, que supone romper con los órganos de representación de las comisiones, se estaba viendo venir en las últimas fechas y se aceleró en la tarde del lunes cuando la Interagrupación renunció a reunirse con el alcalde Joan Ribó antes de la asamblea de anoche, emplazándose en todo caso a partir de entonces.

Ayer, el edil tuvo palabras de reproche contra el colectivo que representa a las comisiones: «Lo que se tenía que estar celebrando no es esta rueda de prensa, sino la reunión ofrecida por el alcalde. Su presidente, confirmando el plantón, no buscaba el diálogo, sino otra cosa. Las fallas no necesitan escenarios de conflicto».

«Hemos dado mano, brazo y codo»

Recordó, en ese sentido, que «nunca se habían tomado tantas decisiones colegiadas. Y ningún equipo municipal se ha reunido tantas veces con ellos. Ni se han dado tantas concesiones. Hemos dado la mano, el brazo y el codo».

Y vino a decir que determinadas decisiones de la «Inter» están promovidas desde la ideología. «Y lo que yo no podía es ir contra el Estatuto de Autonomía, como se ha llegado a hacer». También dijo que «en las reuniones que tuvimos para explicar la encuesta tuvimos hasta felicitaciones y, de un día a otro, se cambia. ¿Hubo consignas?».

Dependencia o independencia

Además de comunicar esta particular renuncia, Pere Fuset anunció que seguía adelante el calendario tendente a realizar un congreso fallero. Y en el mismo se decidirá la gran cuestión social de la fiesta: seguir dependiendo o no del ayuntamiento.

A lo que se refirió explícitamente el concejal, ofreciendo la posibilidad de tomar una u otra decisión. «Dependencia o independencia. He ahí la cuestión. Respetaremos la decisión de los falleros, pero en cualquiera de los escenarios será necesaria la convivencia y el diálogo. El futuro de la Junta Central Fallera está en los presidentes de falla. Nadie debe crispar el máximo órgano de la soberanía fallera con la excusa de que arriba hay un político. Ha llegado el tiempo de las soluciones y de que se convoque un Congreso y se decida qué modelo de relación se quiere con el ayuntamiento». Un modelo que en los ámbitos falleros tiene marcada una clara división de opiniones al respecto.

Abandonar la primera línea no quiere decir abandonar la gestión «me van a tener al lado, pero no en medio. Dos no riñen si un no quiere. Todas las tardes, el despacho estará abierto».