Russafa A y Canyamelar-Grau-Nazaret han protagonizado las preselecciones en la segunda jornada del ritual en el que alegrías y desilusiones caminan cogidas de la mano. Los pabellones acogieron ambas preselecciones y ofrecieron mejor iluminación y sonido que el día anterior tras el "toque de atención" que se hizo a la empresa adjudicataria para que mejorara las prestaciones de los recintos.

Russafa A tiene el buen gusto de presentar a sus candidatas con nombre, apellidos y nombre de la falla. Argumentan para ello que los jurados son falleros de las propias comisiones y que, por consiguiente, es absurdo taparlas con el manido "señorita con el número...", aunque esta fórmula, a estas alturas de siglo, seguramente es igual de válida con un jurado presentado por la Junta Central Fallera precisamente por esa teórica mayor neutralidad de éstos. Pero sigue siendo la excepción en un proceso, las preselecciones, en el que a falleras conocidas y reconocidas a estas alturas (en esos barrios falleros llamados "sectores", todo el mundo conoce a todo el mundo), pasan a convertirse en seres impersonales, rebautizadas absurdamente con un número a la manteleta pegado.

La preselección ruzafeña repartió la suerte en cuatro demarcaciones diferentes. De ellas se puede reseñar la presencia de Lucía Serrano, que es prima de la fallera mayor infantil de València de 1992, Carmen Serrano.

En Canyamelar-Grau-Nazaret, posiblemente lo más destacado sea la racha que mantiene Rosario-Plaza Calabuig, que el año pasado logró un espectacular doblete con sus dos falleras en la corte de honor y ahora trata de seguir el mismo camino: las dos superan la criba. Un doblete que también logró Progreso-Teatro de la Marina.

El domingo se concluye la primera semana con los actos de Benimàmet-Burjassot-Beniferri y Malvarrosa-Cabanyal-Beteró