Decir que una persona se gana la vida «comiendo galletas» es reducir a simpleza el trabajo de Victoria Soler, aunque es verdad que eso forma parte de su rutina. Porque trabaja en el departamento de marketing del Grupo Siro, una de las empresas proveedoras de Mercadona. «Mi responsabilidad es estar en contacto con el mercado, conocer la competencia, saber qué productos deben tener entrada, estudiar el gramaje, las bolsas, el contenido, si hay que sacar un producto con azúcar o sin azúcar... y realizar catas, por supuesto». Y luego queda el paso más difícil: «que el consumidor me de la razón en la decisión». Llegó a este cometido tras estudiar ADE y Derecho y realizar un Master Business Administration en la escuela EDEM. «Empecé en mayo de 2015, primero en prácticas y en agosto me contrataron». También acumula experiencia en Reus «haciendo el mismo trabajo con tartas congeladas. Desde abril estoy en Paterna». Una tarta de celebración merecería su incorporación al grupo de privilegiadas de la corte. «Pertenezco a Xiva-Francisco de Llano porque en el colegio me hice amigas de esta comisión» y no lo puede tener más fácil: «casi podría bajar en tirolina al casal: lo tengo enfrente». La finca de enfrente del casal de Francisco de Llano ya tiene experiencia cortesana: allí residieron las hermanas García Tamarit, que lo fueron en 1992 y 2005. Enfrente está el domicilio de la fallera mayor de 2002, Sara Martín y a un tiro de piedra los domicilios de las hermanas Remohí, las Sahuquillo, Iris Alonso... una verdadera «milla de oro falleramayorista».
Fue fallera mayor infantil en 1999 y ocupó el trono de su falla en 2015. No hubo fallera mayor este año y «cuando se abrió la convocatoria para la corte mi padre mi llamó y dijimos que "adelante". Llevo trabajando dos años y medio y puedo afrontarlo». Y no sólo galletas. También estudia en la Escuela Off de Teatro, Cine y Televisión. Las entrevistas de preseleccionada tuvo que hacerlas en dos jornadas porque justo el día que le tocaba tuvo su bautismo de escenario en el Teatro Olympia «y era una obra en la que todos los actores estábamos en escena todo el tiempo». Sólo le frustra «no tener voz para cantar. Lo hago en la ducha».
