ay que tener valor para hacer lo que Laura Giménez: empezar arquitectura cuando la crisis estaba en pleno apogeo. Está en la recta final pero «quienes tenemos esta edad sabemos a lo que nos enfrentamos. Los que acababan cuando yo empezaba iniciaron su camino en el mejor momento y, al licenciarse, se encontraron con el peor escenario posible. Nos queda el consuelo de que, ahora mismo, tan sólo se puede mejorar, que parece que es lo que está pasando. Así que lo que quiero es prepararme bien». Una carrera para la que demostraba vocación cuando hacía casas con el videojuego Sims. También está haciendo prácticas en el ayuntamiento de València, en su Servicio Técnico Central, gracias a una beca de la Diputación. Y pronto llegará el trabajo de fin de grado y después el de carrera. «Me gustaría hacer algo de construcción modular, un campo de refugiados... todo llegará». Lo que puede llegar a su favor en septiembre es un cargo entre las mejores de la ciudad. Lo que redondearía una carrera fallera meteórica. Fue fallera en el Mercado Central, pero «las fallas son familia y amistad y donde va ella, vas tu. Pasé a Periodista Azzati, donde me recibieron con los brazos abiertos y mi experiencia no ha podido ser mejor». Lleva allí tres años e incluso vive en la demarcación «en San Agustín». Hay otras vinculaciones familiares, como la de su bisabuelo paterno, que fue uno delos fundadores de Montortal-Torrefiel. Laura no fue fallera mayor infantil y el cargo en adulto era una promesa. Y no pudo encontrar un año mejor. «El de nuestra celebración de los 75 años de la Ofrenda». Fue la primera fallera mayor que entregó flores en el curso 2017. Pocos días después le llegó esa gran sorpresa que protagonizó Levante-EMV: encontrar a su primera antecesora, Paquita Pérez. «Me acuerdo que Juanfran Solivares lo puso en el wasap de la falla y le decíamos que no hablaba en serio. Por una parte fue una gran alegría saber que todavía vivía pero por otra, una lástima no haber sabido de ella antes para que hubiese participado con nosotros». Laura también fue vista en diferentes soportes de comunicación protagonizando un anuncio con el que Amstel celebraba la declaración de las Fallas como Patrimonio de la Humanidad. «Una amiga me llamó para intervenir. Hay un momento en el que recuerda «a todas esas mujeres que desde 1943 rinden homenaje con sus flores» y tuvieron la idea de contar con nosotros».