El año 1990 con Maite Torrente (hace dos años, una de las modelos de indumentaria del Extra de Fallas de Levante-EMV) hay que remontarse para encontrar una fallera de García Lorca-Oltá en la corte de honor. Una racha que esperan revertir con Marta Pacios, una joven de 25 años que acaba de terminar el ciclo superior de Integración social, se ha inscrito para estudiar Trabajo Social en la UV y ejerce el voluntariado en Alter València. Tanto tiempo ha pasado que la referencia más cercana la tiene no por la falla sino por «María Pérez, de la corte de este año, que es de Bolsería, pero que la conozco por ser del barrio». ¿De cual?. De madre del Carmen y padre de Nazaret fueron a parar a Malilla y este año reinó catorce años después de haber sido fallera mayor infantil en 2003. «Ya lo habíamos hablado, tenía disponibilidad y ha sido un año muy bonito, con mucha ilusión».

Si hay algo que destaca de la falla es «mi auténtica pasión: los bailes. Estoy en el grupo de la falla, que también estamos federados como El Garbí. Llevo quince años, desde niña. He estado en Balls al Carrer, la dansà de la Virgen, Sant Bult, en pueblos, en congresos... tenemos actuaciones todo el verano».

Su padre falleció hace dos años, «le gustaba mucho las fallas y tenía tanto sentimiento en estas cosas que cuando tenía cuatro o cinco años me dijo que tenía que aprenderme el himno de la Comunitat Valenciana. Y lo hice. En la preselección llevaba una foto de él. No lo veo como algo triste: habría sido una ilusión muy grande para él y me gusta verle el lado positivo». En la Fonteta también la acompañará, amorosamente guardado en el bolsillo de la enagua. Su apoyo es su madre, con quien mantiene una sociedad perfecta. «Vivimos juntas, porque mi hermana mayor ya se independizó. Nos parecemos mucho. Somos tranquilas y organizadas».