esde Corvelle, una pequeña parroquia de poco más de 100 habitantes, en el Concello de Sarria, en el sureste de la provincia del Lugo más rural, «lleno de verde, granjas y vacas», vino Noelia Costa con apenas siete años hasta València. «Recuerdo que, con esa edad, venirse hasta aquí fue, al principio, un poco duro. Preguntaba donde estaban los pájaros». Sigue yendo «siempre que puedo, y me gusta rodearme nuevamente de esa naturaleza, y de las vacas». Y volver a hablar gallego «que sólo me sale cuando estoy con los abuelos». Quién le iba a decir a esa niña que, trece años después, estaría optando por un lugar en lo más alto de una de las fiestas más importantes del mundo. Y así fue. «Cuando llegué, me enamoré de esta fiesta inmediatamente. Recurdo haber ido a visitarlas y quedarme anonadada. Me pilló la época de las mejores fallas de Nou Campanar. Aquello fueron las fallas en su máximo esplendor. ¿Cómo no enamorarse? También veía las fallas del Pilar, que en la placita que tiene multiplican su espectacularidad». La consecuencia fue que, con el paso de los años «acabé metiéndome en una falla. Fue a través de las amigas del colegio. Durante tres años estuve yendo a la falla, a Maestro Arambul, y finalmente convencía mi madre y me pude apuntar».

Una pasión por la fiesta que también siguió su hermana, que «ha estado en La Nova d'Orriols y ahora está en una comisión de Sedaví». Incluso su madre se vistió para su reinado y ella se hizo un traje también con el mismo tipo de tela. A todo esto, su ascensión al trono fue, como se puede ver, rápido. «Ya digo que me gustan mucho las fallas. No sólo vivirlas en mi comisión, sino estar al tanto, leer las noticias... y en la falla no se presentaba nadie. Iba por antiguedad o si se presentaba alguien. Lo hice yo y ha sido un año increíble». Incluso vivió el primer premio de la Sección Especial a apenas cien metros de distancia, la que separa su placita de la de l'Antiga de Campanar «y pude compartir con esta falla y con María, su fallera mayor, la alegría de la victoria».

Es de las más jóvenes del grupo de preseleccionadas: cumplió 20 años coincidiendo con la Batalla de Flores. Está estudiando el grado de óptica y optometría. «Las enfermedades relacionadas con la vista: estrabismo, miopía...» y los estados carenciales, «determinar qué cristales deben llevarse, las lentillas, etcétera». Exactamente lo mismo que su hermana.