La vida depara, a veces, destinos en los que uno no piensa inicialmente. Es lo que le sucedió a Sandra, que se veía encaminada a opositar y alcanzar una plaza como «funcionaria de prisiones» y, sin embargo, un día empezó a trabajar en un McDonald's y, subiendo la escalera promocional, peldaño a peldaño, ahora es la gerente de uno de los establecimientos de la zona. «Cuando estoy en un sitio lo doy todo. Para eso soy muy metódica. Y como me fui encontrando muy bien en el trabajo, le cogí el gusto y la verdad es que ahora mismo me veo aquí. Me gusta mucho el trabajo que hago. Cuando me preguntan qué hago en mis ratos libres, digo que... trabajar». Y eso, a pesar de haber acabado también la carrera de educadora social y haber preparado oposiciones para el ayuntamiento. Pero el destino está con el Big Mac: esas oposiciones eran el día 1 de julio; es decir, el mismo que la preselección que le ha dado un verano para soñar. Si el destino le quiere sonreir a finales de septiembre también lo tiene ya hablado con sus superiores de la super-franquicia. «No habrá problema. Saben que cumplo y no habrá nada que no se pueda hacer»

Porque, entre vez y vez, fallera. «Me apunté a Barraca-Travesía del Rosario porque de ahí eran amigas del colegio de Escolapios. La primera de la familia en apuntarse fui yo». Y fallera mayor «porque siempre quise ser. En la falla siempre hay cola, pero este año en concreto me hacía especial ilusión por la relación con los infantiles, tanto la fallera mayor como el presidente y las familias. Sabía que iba a ser una piña?. y fue el único año en el que no se presentó nadie más. La consecuencia ha sido un año de diez en todo».

Cosas de la vida, en su trabajo tiene que llevar a cabo la gestión de recursos humanos. Ahora es ella la que será sometida a la misma prueba para ver si la hacen fija en la plantilla de 2018.