La profesión de artista fallero busca, con una cierta dosis de desesperación, métodos para reactivarse. Y para dos de sus principales rutas (una mejor administración y abrirse al exterior) ha empezado una serie de cursos que el ayuntamiento, a través de la concejalía de empleo, ha organizado tanto para los profesionales agremiados como, por extensión, a los vecinos de la Ciudad del Artista Fallero.

La concejala de Desarrollo Económico Sostenible, Sandra Gómez, presentó ayer junto al Gremio esta iniciativa. Que más allá de las nociones que se puedan asimilar, muestran dos de los caminos a seguir en el futuro.

Los artistas reciben nociones de inglés, además de valenciano. Viene enlazado con una de las pruebas que se han puesto en práctica en los últimos tiempos: convertir los talleres en una «experiencia» para turistas. De alguna forma, un modo de desarrollar una nueva actividad en la que los artistas, convenientemente preparados, instruyen al visitante en la realización una maqueta de falla. Esta fórmula ya se ensayó con el artista Jordi Palanca y sigue la senda de otras actividades económicas que han buscado sus particulares planes de negocio alternativo. Por ejemplo, lo que sucede con el turismo enológico en las bodegas. Convertirse en artista por unas horas y conocer de primera mano el proceso de realización de una falla, algo que parece rutinario en València, es subyugante para el forastero.

El otro aspecto pedagógico está centrado en la gestión empresarial e informática. Para tratar de que el artista sea capaz de evitar lo que, normalmente, parece un imposible: tener una contabilidad y una maximización de los recursos dentro de una profesión de por sí muy precaria.

«Hemos apostado por el impulso y la consolidación de un sector económico que nos hace diferentes»aseguró Sandra Gómez «y por eso queremos darles herramientas de gestión y que el barrio de Ciutat Fallera sea una referencia para los turistas, y que los visitantes que se acerquen puedan conocer cómo se hacen las fallas, consideramos útil el aprendizaje de idiomas».

El vicemaestro del Gremio, Ximo Esteve, reconoció la sorpresa agradable que había supuesto la celeridad con la que se ha pasado de la petición a su materialización. Son gestos que ayudan a los artistas a creer en un proyecto de revitalización del barrio en el que se juegan mucho futuro profesional y la fe en las promesas recibidas.