«Suerte y Sabiduría» es lo que significa Nekal, un nuevo nombre que se añade al santoral de la corte de honor. Otros dicen que significa Suerte y Felicidad. Para el caso, lo mismo. Todo bueno. Una idea de los padres de la niña, el matrimonio Martínez Rubio que, buscando nombres que poner a la niña que iba a venir, «nos fijamos en éste, que es de origen iraní. Nos gustó y es el que le pusimos». Y suerte es lo que ha llevado Nekal, a sus nueve años, a la comisión de Luz Casanova-Padre Espasa, que con ella inscribe por primera vez su nombre en la historia de la corte de honor. El mejor remate posible a un año de fallera mayor «que le hicimos por sorpresa».

Luz Casanova-Padre Espasa es una de esas comisiones geográficamente peculiares. Está en el Barrio del Cristo, un distrito que pertenece a dos poblaciones. Tanto, que antes de recalar en esta comisión, la familia militó en la comisión Villarrobledo, que pertenece a la Junta Local Fallera de Aldaia.

Luz Casanova, sin embargo, pertenece a Quart de Poblet por apenas unos pocos metros de distancia y es la comisión más al oeste que hay en la Junta Central Fallera. Y están encantados, como es lógico imaginar, de disfrutar de las ventajas de pertenecer, falleramente hablando, al «cap i casal», incluyendo la Ofrenda (los autobuses son necesarios) y, en este brillante 2018, la primera fallera en la corte que remata un ejercicio en el que, también por primera vez en los 33 años de historia, conseguían el primer premio de falla. «Estamos que no nos lo creemos», reconoce la presidenta Silvia Herrero. «Y lo que ha pasado en la Fonteta ya es lo último que nos faltaba. Es una alegría para todos».

Una comisión modesta para un barrio que, en gran medida, es polígono industrial. «Pero es, sobre todo, falla de barrio: prácticamente todos los falleros residen allí». Ahora les queda vivir nuevas experiencias con Nekal. «Cuando venga la corte a nuestro casal va a ser una experiencia nueva y estupenda. Pasará a nuestra historia», remarcan.