El presidente de la Junta Central Fallera renunció el pasado mes de junio a asistir a las asambleas de presidentes y, anoche, los dirigentes de las mismas le contestaron de la misma forma: abandonando el foro de debate. Un episodio inédito, que dejó la reunión con apenas una veintena de asistentes. La salida produjo nada más empezar la reunión, una vez aprobadas las actas y tras la intervención del presidente de la Interagrupación, Jesús Hernández Motes. «Con el máximo respeto y afecto hacia las personas que componen la mesa, creemos que ya es suficiente». Tildó la ausencia de Pere Fuset como «una falta de respeto y ante su reiteración, solicitamos al presidente nato (el alcalde) que le inste a retomar sus obligaciones o bien que delegue la presidencia ejecuta en otro concejal, como se recoge en el Reglamento Fallero. Sin más, seguimos quedando a disposición del presidente nato para llegar a acuerdos por el bien del colectivo fallero y de la ciudad de Valencia. Por todo ello, muchas gracias y muy buenas noches». Momento en el que la práctica totalidad de presidentes asistentes abandonaron sus asientos.

Al salir, los presidentes prorrumpieron en una ovación mientras algunas voces entonaban el cántico «Pere, vete ya»; obviamente, de aquellos que no quieren que el edil de fiestas regrese, sino que no vuelva.

La mesa tragó saliva y leyó los informes del día (ayudas a insonorización, aumento en el reparto de premios, fecha de presentación de bocetos...). Era una asamblea perfecta para hacer el plante, puesto que no había ningún punto del orden del día especialmente trascendente ni había nada que votar que pudiera poner en peligro la casi unanimidad.

Dinamitar los puentes

En ruegos y preguntas destacó la intervención del presidente de Linterna-Na Robella, Francisco Mestre, uno de los que había intentado tender puentes en los últimos días, quien le hizo un ruego tanto a Fuset como a Motes «ya que ninguno está. Entiendo que podemos discrepar, pero hacerle un feo a la mesa no es la solución, ni tampoco hacer asambleas paralelas», en alusión a la reunión prevista para la próxima semana en la que se acordarán nuevas medidas de presión.

«El fuego no se apaga con gasolina, sino con agua. Algunos falleros estamos trabajando para extender puentes al diálogo y mientras, otros, los están dinamitando por detrás. No le tengo ningun apego especial ni al señor Fuset ni al presidente de la Interagrupación, pero sí a las Fallas. Y es lamentable para el mundo fallero que no se hable de las carpas, los permisos y aquellos temas que nos preocupan. Le ruego a los dos que se sienten a hablar y que no se muevan de la mesa hasta que no se pongan de acuerdo. Como se hacía con los Papas».

Un discurso parecido fue el del presidente de la Plaza del Patriarca, quien advirtió que «soy Joaquín García. Por si alguno apunta los nombres de los que nos hemos quedado» y añadió que «no voy a participar en ningún acontecimiento que sea boicotear las fallas o buscar réditos políticos. Cuando quiera el señor Fuset y el presidente de la Interagrupación, siéntense. Espero que los presidentes informen a sus falleros del por qué se han ido. Estoy seguro que hay muchas personas en las comisiones que no tienen ni idea de lo que sucede aquí».

Julio Torras se quejó de que la asamblea, sin el concejal, pierde operatividad. «Me interesa saber si puedo tener carpas o verbenas, cosas que no me podeis decir vosotros. Yo vengo por esas cosas, que son importantes. Le vuelvo a pedir al concejal que se siente, que razone y que acerquemos posturas».

Y el presidente de Telefónica, Marcos Chico, aseguró sentir «rabia y coraje por lo que está pasando» y cargó la responsabilidad en Fuset «porque es quien ha dado pie a esto. Está elegido democráticamente, y puede haber cosas que no le guste oir, pero debe tender puentes. Cuando ha hablado, ha sacado cosas adelante, pero se marchó sin dar explicaciones y sigo esperándo que las dé. Le daré la razón cuando la tenga y se la quitaré cuando no. Pero si no se sienta, pierde toda la razón. Me quedo porque no me quiero poner a la altura de él, de coger la rabieta e irme. Señores, esto son fallas, no política».

Ausencias, camisetas, firmas...

Qué pasará ahora sólo se sabrá con el paso de los días. Por parte de los presidentes se había hablado desde no acudir a la asamblea extraordinaria donde elige a las falleras mayores hasta acudir con camisetas alusivas. Concentraciones de protesta y recogidas de firmas forman parte de la «tormenta de ideas», donde también podría estar esa convocatoria de una asamblea para decidir si hay Congreso Fallero o no que el concejal puso como justificación para abandonar los debates. También cabe la posibilidad de que se retomen las conversaciones aunque, ahora mismo, el divorcio es absoluto.