La Junta Central Fallera fue ayer el escenario de la primera reunión de desbloqueo de la situación que se vive en los órganos de gobierno de la fiesta con la reunión que mantuvo el presidente, Pere Fuset, con sus componentes. Primero, con los representantes de los delegados de sector (el grupo de cinco representantes de los mismos) como en la reunión posterior con los cargos electos, a la que se invitó a asistir y que se escucharan de viva voz. «Ha sido un avance más que importante. Lo que he hemos dicho nuevamente, es que queremos que el presidente vuelva a ejercer de tal. Las sensaciones con las que nos hemos ido han sido muy positivas» decía posteriormente Francisco Sivera, uno de los miembros del grupo de representantes.

En el debate, el concejal volvió a explicar el motivo de su ausencia (el reiterado concepto de «despolitización») pero el principal avance fue que se acelera la convocatoria de la asamblea que inicie el debate sobre el congreso fallero, en octubre. Tras un periodo de tres semanas de consultas en cada comisión habría una segunda reunión en la que se votaría la conveniencia o no de celebrar el Congreso. Da la sensación de que, tal como está el ambiente en estos momentos, se desaconsejará entrar en el debate y el regreso a las asambleas podría llegar en diciembre. Pero también falta el regreso de Fuset a los plenos. «Creo que va a ser más pronto de lo que imaginamos. Y es lo que hace falta porque queremos tener al presidente, consultar y trabajar todos por la fiesta» aseguró Sivera.

Por la noche, la Inter

Tras esta reunión, los directivos y asesores de la JCF (Javier Tejero, Ramón Estellés y Ramón Lluch) se reunieron con la Interagrupación, la otra pata de la mesa. Al cierre de esta edición aún no había finalizado y tenía la celebración o no de la asamblea de cargos electos del día 5 como uno de sus argumentos principales.