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Noelia Ibáñez Castro (Sant Bult)

Cien por ciento de la Xerea

Noelia Ibáñez, que por edad (21) aún está estudiando, trabaja y reside en el barrio histórico de la ciudad - Fue la primera en el acta «y la mejor experiencia es ir viendo salir una tras otra a las demás»

Cien por ciento de la Xerea

Noelia es la quinta fallera con ese nombre que alcanza la corte de honor. Una de ellas, Soria, llegó lo más alto. El nombre es de origen francés, relacionado con el «Nadal», y celebra su santo el 25 de diciembre. Si hubiese seguido la tradición familiar habría estrenado en el santoral un nombre de origen griego, Delia. El de su madre, su abuela y su prima. «Si: me iban a llamar Delia, pero había ya muchas y me pusieron Noelia, sobre todo por la canción de Nino Bravo. Delia es una tradición que empezó mi bisabuela con su hija. Y... cuando yo tenga una hija la llamaré Delia».

Con 21 años, es la segunda más joven del grupo, compartiendo la edad con Lucía Serrano, con quien compartió colegio de niña. Es un producto cien por cien Denominación de Origen Xerea. «Mis padres son del barrio, se conocieron allí y decidieron seguir viviendo allí cuando se casaron. Incluso nos cambiamos de casa hace poco y nos hemos ido apenas a dos minutos. Todos queremos continuar. Es como un pequeño pueblecito, en el que todos nos conocemos. Un lugar perfecto para vivir». Por eso la falla de la Plaza de Sant Bult y la fiesta de Sant Bult, la más antigua de la ciudad, celebran con felicidad su presencia en el grupo selecto.

De Noelia ya se ha contado el hecho de ser la hermana del futbolista Robert Ibáñez, uno de sus grandes apoyos para haber sido fallera mayor de su comisión. Pero como ya dijo en su día que ha estado trabajando en los palcos VIP de Mestallla, también proclama que «lo conseguí por méritos propios, tirando el currículum. Mi hermano es muy tímido, hace las cosas que tocan y nada más. Cuando ví que se abría el plazo para presentar currículums lo hice. Me llamaron al tiempo y me cogieron con la temporada ya empezada, en el mes de octubre, pero he estado desde entonces en una suite, en la del patrocinador Blue, justo debajo de la presidencia».

Pero corte de honor y tardes de fútbol ligan poco por evidente coincidencia de fechas y horarios. A partir de ahora, «me temo que lo de Mestalla, siendo fines de semana, me lo voy a tener que dejar», pero no renuncia a otra de sus actividades: trabajar en la cafetería (que se llama La Xerea, faltaría más). «Es de una amiga de mi madre, dijo que necesitaba ayuda y pienso que cualquier trabajo es experiencia y currículum y la posibilidad de sacarme un dinero. La experiencia y la responsabilidad te hace madurar». Porque ella aún es estudiante, de las pocas que quedan un grupo que ya está muy integrada en el mercado laboral. Magisterio. «Mis padres me dicen que soy joven y que puedo alargar un año y no pasa nada. No hace falta decir que voy a acabarla, que haré mi master... pero esto que me ha tocado ahora es una vez en la vida».

La falla de la Plaza de Sant Bult tuvo dos finalistas en la Fonteta. Noelia salió elegida. Dafne, la pequeña, lo peleó hasta el final pero su nombre no estaba en el sobre. «Es una niña super madura. Ella no escuchó mi nombre y cuando le dijeron que había que irse decía que me esperaran. Hasta que le dijeron que yo estaba en el escenario. Se puso a saltar de alegría. Sus padres le habían inculcado desde el primer momento lo difícil que era. Han tratado el tema con mucha responsabilidad».

Noelia, además, salió la primera, lo que le da una dimensión diferente a su Experiencia Fonteta. «Yo estaba llorando porque no había salido Dafne. Y te juro que no escuché que anunciaban que empezaba el veredicto de mayores. Y de repente escucho "Noelia". Vale, me dije que sería otra, porque no era la única Noelia. Pues bien, desde el "Noelia" al "Ibáñez" me pareció como si pasaran treinta minutos. Y aún así no me movía. Me lo tuvo que decir Rocío (Gil, también elegida). Y sí que es algo muy especial: cuando ya estás en el escenario y van nombrando a cada una de las que van a ser tus compañeras, verlas cómo aparecen, la cara que ponen, que es la misma que he puesto yo... eso no lo cambio por nada. Es precioso. Espectacular. Cuando, por ejemplo, escuché el nombre de Rocío, con la que he pasado todo el año porque es de mi sector; o Lucía Serrano, que iba a mi colegio... salía una: "que bien, que bien", y otra, y otra...

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