La cuestión no sólo es qué cosas dices, sino cómo lo dices. Estefanía Mestre combina las dos cosas. Valenciano aparte, su castellano está perfectamente medido, sin tacha, vacilación o alpargatazo. Si a esto se le une la dulzura del tono, la conversación de hace fácil, serena y, sencillamente, perfecta. Ingredientes lógicos en una filóloga hispánica que emplea su tiempo en dar clases de español a extranjeros en el Carmen Spanish School. «Llevo trabajando desde abril. Tengo un contrato que creo que me va a permitir compaginar bastante bien el trabajo y lo que me pase como fallera. Iba a decantarme por el campo de la investigación, pero es un camino bastante largo y por ahora he optado por el campo de la docencia. Dar clases de español me parece muy interesante».
Sus alumnos son «Erasmus, gente que ha venido a trabajar, turistas que vienen una semana y quieren aprender». Tiene su particular tesis sobre los alumnos que mejor se desenvuelven. «Aprenden más rápido los que tienen lenguas de origen latino: portugués, italiano€ a los asiáticos y los de lenguas anglosajonas les cuesta más. ¿Por qué los chinos hablan tan bien? Porque son muy estudiosos. Parten de cero incluso en abecedario pero se aplican mucho».
No ve complicado su futuro. «En mi trabajo ya sabían a lo que me enfrentaba, o sea, que no tenía que dar muchas explicaciones. Y como mi jefa es fallera sabía lo que había. El lunes me recibieron con abrazos, que me habían estado siguiendo€ vamos, me he sentido muy apoyada».
Pío XII-Jaume Roig ha tenido dos presencias en la corte de honor, con la particularidad de hacerlo madre e hija. En 1994 fue, en mayores, Raquel Lluna y en 2013, en infantiles, María Fita. «Poder tener una tercera fallera es un orgullo. Me he sentido valorada, querida, hasta un poco admirada. Soy una persona uy cercana y humilde. Te garantizo que no voy a cambiar por esto». Su llegada a la comisión parecía una entrevista de trabajo, pero al revés: «Me apunté hace cuatro años. Cuando vi que ya podía pagármelo yo personalmente es cuando decidí hacerme fallera. El día de la ´apuntà´ bajé, me gustó el ambiente, pregunté y decidí que iba a ser mi falla. Me convencieron plenamente». No podía ser en otro sitio que en Quart de Poblet. «Somos muy conocidos por ser la familia del médico, mi tío, José Vicente Mestre, que tiene una consulta muy conocida, con muchas especialidades».
Su comisión está en una zona donde Quart de Poblet no era finca y asfalto hasta hace no tanto tiempo. Tanto, que el sobrenombre de «La Font», procede, al parecer, de «una fuente que era donde abrevaban los animales»; pero más aún, la partida es conocida como La Cebollera. «Antigualmente eran campos de cebollas, la zona pegada al polideportivo, más o menos por la propia zona de la falla». Si miramos el mapa encontraríamos casi pared con pared una que ha dado mucho que hablar en los últimos años y que demuestra que ya nada es imposible: General Asensio-Marqués de Solferit. La de la fallera mayor infantil de València de 2016, Sofía Soler. «Recuerdo que vi la llamada en casa de una amiga de la falla y cuando escuchamos el nombre de Sofía aquello se vino abajo. Ademas, mi amiga había sido fallera mayor el año que Sofía fue infantil de la suya. Y fuimos al casal de Maqués de Solferit. Una alegría enorme». Después doblaría Patricia Navarro en la corte adulta y ahora Estefanía permite a Quart tener, por primera vez en la historia, tres falleras consecutivas en los cargos representativos.
«Va a ser muy duro pero vamos a animarnos y tirar para adelante como hemos hecho siempre». Eso dijo, en castellano claro y conciso, aquel infausto 13 de marzo en que su falla fue noticia por caerse. Pero luego se levantó. «Se fue al suelo por la tarde y a la mañana siguiente ya estaba reconstruida. José Jarauta y el taller estuvieron toda la noche trabajando. Fue increíble».
Estefanía tiene un nombre «que en casa querían que tuviera fuerza, personalidad». También tiene nombre de fallera mayor de València.
