El concejal de Cultura Festiva, Pere Fuset, se reincorporará hoy, martes, a los debates de la asamblea de presidentes, un mes antes de lo previsto, tras la reunión convocada por el propio edil con un grupo de "fuerzas vivas" de la fiesta, representando a varios tipos de sensibilidades. De esta forma, hoy asistirá a una reunión en la que se tiene que aprobar la clasificación de fallas (punto que no debe propiciar ningún problema, tras haberse atendido las cuatro reclamaciones formuladas en las últimas semanas) y este regreso no estará, pues, condicionado a votar si se celebra o no un Congreso Fallero, algo que se decidirá en una reunión extraordinaria el día 14 de noviembre. Se había especulado con la posibilidad de anular dicha reunión e incorporar la votación como punto del orden del día a la reunión ordinaria, pero el calendario se mantendrá como estaba previsto.

A la reunión asistieron diferentes sensibilidades de la fiesta que se han caracterizado por no abandonar el diálogo durante los meses que ha durado el desencuentro. Hubo dos directivos de la Interagrupación: Juan Bosco Miquel y Guillermo Serrano. Jordi Palanca no pudo asistir y el presidente, Jesús Hernández Motes, tampoco, pero fue informado de la celebración de la misma. También el candidato de que concurrió a las últimas elecciones, Fernando Manjón, junto a tres personas de su confianza: Julio Torras, José Miguel Calap y Miguel Guillot. Un fallero de reconocida ascendencia: Miguel Prim. Los representantes de los delegados de sector: Ángel Santamaría, Francisco Sivera, Ximo Esteve, Carlos Amores y Pedro Martínez. Y junto al concejal, sus directivos Ramón Estellés, Ramón Lluch, Javier Tejero, Josep García Bosch e Inma Guerrero. Al acabar se comunicó también los resultados al presidente de la Federación de Primera A, Paco Romero, quien ha sido uno de los falleros que más ha abogado por tender puentes durante estas semanas junto al presidente de Linterna-Na Robella, Francisco Maestre.

Durante la reunión se hizo ver que el debate sobre la celebración del Congreso no era una cuestión "inventada" desde la concejalía (como se aseguró en varias intervenciones durante la asamblea de la pasada semana): se contabilizaron hasta once alusiones al mismo desde el inicio de legislatura en otras tantas asambleas de presidentes. Pero los reunidos también solicitaron al edil un gesto, que no podía ser otro que regresar a las asambleas, cosa que aceptó.

Al acabar la reunión, el concejal aseguró que "era necesario desenquistar la situación y si mi regreso ayuda a ello, perfecto. Pero también quiero dejar claro que la celebración o no del Congreso Fallero es una decisión exclusivamente de los falleros y de sus presidentes. Convocar el debate no fue más que cumplir con una exigencia suscitada a través de los meses. Creo que la reunión ha sido una reflexión colectiva muy interesante".

El regreso no significa que al concejal no se le reproche la ausencia durante el turno de ruegos y preguntas de la asamblea, pero eso ya dependerá de la temperatura con la que se maneje el debate o el grado de carácter constructivo del mismo.