La comisión del Mercado Central ha contratado al artista Pere Baenas para que realice, en apenas un par de meses, la falla con la que participarán en las próximas fiestas después de que se haya producido una rescisión del contrato con el artista Antonio Verdugo tras un desencuentro entre ambas partes. Se trata de una situación inusual, pero que es el punto y final a una relación que se ha ido deteriorando desde que ambas partes firmaran el compromiso para plantar el proyecto «Entre pillos anda el juego».

Como es fácil imaginar, las versiones entre ambas partes difieren notablemente y el desenlace no se conocerá hasta dentro de un tiempo porque serán los tribunales los que depurarán finalmente las responsabilidades.

Así, la comisión reclama por la vía judicial, mediante una querella por estafa y apropiación indebida, 35.987 euros en concepto de dinero ya abonado y daños, para lo que incluso reclama el embargo de las cantidades que abonen otras dos comisiones que le tienen contratado: Santa María Micaela y Alquerías de Bellver. El artista se remite a que sean los juzgados los que dictaminen y también presentará una demanda por daños y perjuicios.

El relato de los hechos cuenta que ambas partes se comprometieron, como suele ser habitual, nada más empezar el ejercicio. La falla está presentada en la Junta Central Fallera por 37.000 euros para la sección Primera A.

Los desencuentros se producen con los pagos de los plazos estipulados y las versiones difieren. Porque si el artista asegura que los plazos se pagaban tarde, en la comisión aseguran que Verdugo solicitó insistentemente el pago por anticipado de más emolumentos. La relación empezó a deteriorarse hasta el punto que en julio ya hubo un primer amago de rescisión de contrato, algo que se materializó en noviembre con la denuncia del artista por incumplimiento de contrato, al adeudársele, según su versión, 5.687 euros.

Pero en la comisión la versión es tan diferente como que aseguran que estaban al corriente de los pagos y que el artista ni había presentado una memoria del proyecto ni encontraban reflejado esos pagos en trabajo material; es decir, que la falla prácticamente ni había comenzado.

A partir de ahí se cruzan las acusaciones: coacciones, negativas a abrir la puerta del taller, necesidad de despedir trabajadores por no abonarse el dinero en tiempo y forma... nótese, en ese sentido, que apenas unos días antes, a finales de octubre, ambas partes (artista y comisión) habían estado en el acto de presentación de proyectos de la Federación de Primera A.

Verdugo comunicó la rescisión del contrato por incumplimiento del mismo, basado en dos fundamentos: la imposibilidad de presentar memoria técnica por no conseguir contactar con ellos y por incumplimiento del calendario de pagos. A lo que la comisión, en comparecencia ante la delegación de incidencias de la Junta Central Fallera, aseguró que ambos argumentos eran absolutamente falsos: que era imposible no contactar con la comisión si había voluntad para ello y que los pagos tienen sus justificantes acreditativos.

La falla, en cualquier caso, aceptó la rescisión del contrato (no por los motivos aducidos por Antonio Verdugo, naturalmente), para así quedar liberado y contratar otro artista, a la vez que le solicitaba la devolución de los 12.987 euros abonados hasta la fecha. Más daños.

El Mercado contactó con Pere Baenas, a quien ha solicitado la realización de una nueva falla. Y a partir de ahora serán los tribunales los que dedican de qué parte está la razón.