El Consell de les Dones i per la Igualtat del Ayuntamiento de València decidió ayer aplazar a después de Fallas la revisión de los aspectos más machistas de la fiesta, ya que a falta de dos meses para la «cremà», los monumentos, por ejemplo, ya están en la fase final de su elaboración.

La reunión de ayer se convocó para hablar de las Fallas y estudiar la manera de corregir algunas imágenes y comportamientos que se producen en la misma, desde la «cosificación» de la mujer en los monumentos, a la escasa representación de las mujeres en la dirección de las comisiones y los jurados, pasando por los cánticos de las verbenas.

Pero finalmente no se produjo ese debate. La concejala de Igualdad, Isabel Lozano, presentó su idea general y hubo un doble acuerdo tácito, que es hablar efectivamente de estos asuntos y hacerlo después de las Fallas de 2018, ya que a día de hoy esas fiestas ya están muy próximas y es difícil cambiar algo.

Lozano, que estuvo acompañada también del concejal de Fiestas, Pere Fuset, trató, además, de eludir la confrontación con los distintos sectores falleros y habló de «aprovechar las fiestas, y por su especial relevancia las Fallas, como motor de igualdad de género y diversidad».

La Comisión decidió encargar un estudio, posiblemente a la Universitat de València, para conocer cuál es la situación general y «aprovechar el gran potencial de las Fallas, con más de 380 comisiones y un gran impacto en la vida social y cultural de la ciudad de València, para fortalecer la igualdad, la diversidad y la convivencia», explicó Lozano.

La concejala quiso dejar claro que «el planteamiento del debate debe ser constructivo y necesariamente colectivo, huyendo de la confrontación, que nunca es productiva, y llegando a consensos».

«Momento histórico»

Lozano reiteró que «estamos ante una oportunidad magnífica para promover valores sobre la igualdad de género, la diversidad, la convivencia o la lucha contra la violencia machista». Según Lozano, «estamos en un momento histórico, muy emocionante, donde las entidades feministas y el mundo fallero organizado se dan la mano para avanzar en ese sentido».

«Hemos comprobado que, efectivamente, las Fallas no son concebidas como un problema sino, lejos de eso, como una oportunidad para incidir en valores positivos en el conjunto de la sociedad, ya que las Fallas forman parte y son reflejo, de hecho, de esa sociedad», dijo, por su parte, el concejal Fuset . «Lejos de ser marcadas como machistas, las fallas son una oportunidad para quemar todas las discriminaciones que todavía existen en la sociedad», concluyó el concejal

Fuset también agradeció que se haya dado cabida a todos los agentes de la fiesta, y especialmente a los artistas. «Obviamente este papel será más fácil que se haga una vez hayan pasado las Fallas de 2018 y hemos coincidido todas las entidades allí representadas en considerar las Fallas como una oportunidad para incidir en valores en el conjunto de la sociedad y trabajar de manera conjunta la visión de la mujer en la fiesta, como se hace en otros ámbitos».