Ayer comenzó uno de los actos más largos y, en cierta medida, monótonos del programa oficial de Fallas: el intercambio de fotografías entre falleras mayores e imposición de «bunyols de brillants» a aquellos que los han conseguido este año. Sin embargo, la rutina de los mismos se vio sorprendida por un cambio en el mismo: por primera vez, dos falleras se han incorporado al elenco de narradores. Alicia Gimeno, de la Real Falla Cádiz-Literato Azorín y Paloma Gutiérrez Muñoz, de Costa y Borrás-Agustina de Aragón (una clásica en otros eventos festivos de la ciudad) fueron las encargadas de dar pie a los participantes a la hora de ser recibidos por Rocío Gil y Daniela Gómez en los actos celebrados ayer.

Esta incorporación ha sido realizada a instancias de la vicepresidencia de festejos y tendrá su continuidad en la Ofrenda donde, si también hay voluntarias, habrá voz femenina por primera vez. Durante años, el paso de las comisiones ha sido amenizado por diferentes narradores que, en general con bastante tino, sirven para dar un punto de emotividad al desfile. Pero, hasta ahora, ninguna mujer ha tomado parte en dicha narración, quedando su papel limitado a las cuestiones de orden (coordinación, recuento de participantes, etcétera). El vicepresidente del área, Josep García Bosch, es una de dichas voces y consideraba que «tenemos que dar por lo menos la opción y recordarlo. No es una obligación, pero sí un ofrecimiento. La experiencia de este estreno me ha parecido extraordinariamente positiva». García Bosch, el miembro más veterano de la Junta Central Fallera, ha estrenado este año su condición de vicepresidente. A pesar de que esto le da el privilegio de desfilar justo detrás de las falleras mayores en la Ofrenda, seguirá estando, como en las últimas décadas, en el micrófono para rematar con su característica voz este festejo.