Posiblemente, el mayor milagro de la era moderna de la alta competición fallera es L'Antiga de Campanar. Es verdad que el Pilar también ha recuperado el puesto perdido durante la época de prosperidad económica, que Convento Jerusalén nunca ha fallado y que a Na Jordana le falta el estirón artístico que socialmente nunca han perdido para que vuelva una cierta normalidad histórica. Pero el regreso de la comisión de Campanar al más alto nivel, en el que transitó en los últimos años del pasado siglo, es el retorno más espectacular. Que el pasado mes de marzo se materializó con la conquista del primer premio de la máxima categoría, recuperando unos laureles que habían vivido una generación atrás, en 1989 y 1991. El milagro, consistente entre otras cosas en reducción de gastos y en una incansable gestión de patrocinadores, y la activación de un grupo que rigen en forma de triunvirato Rafa Mengó, Xelo Salavert y Quique Soler ha propiciado que, en los últimos tres años, hayan regresado a esa cúspide con mucha fuerza. Y a un mes de conocer qué premio van a recibir en la nueva edición han anunciado que renovarán con su artista. Carlos Carsí, independientemente del premio que consiga, tiene la palabra de la continuidad de proyecto. Carsí planta el proyecto más grande de su historia y ha sacrificado tres de los proyectos de categorías inferiores. Curiosamente aquellos con los que logró el primer premio el pasado año: Daroca-Padre Viñas, Reino de València-Císcar y Sagunto-Padre Urbano. El proyecto de Campanar requiere mucho más esfuerzo y en València sólo mantiene, además de éste, los de Lo Rat Penat en Primera B, Doctor Olóriz En Segunda A y sólo se ha autopermitido incorporar Isla Cabrera en Segunda B.

El proyecto, «Arre unicornio arre»,, en el que las críticas de actualidad se trasladan a un parque de atracciones de primeros del Siglo XX, se ha planteado casi como de un parque se tratara. La demarcación es, seguramente, la peor de toda la categoría por la enorme cantidad de espacio que hay que cubrir. En vista de ello, Carsí va a expandir las escenas, que podrán ser recorridas siguiendo un camino. Tan sólo quedará en el centro el bloque compacto del remate, en el que participa la familia de época subida a un tiovivo, generando un escenario de cerca de 45 metros de ancho por 22 de alto.

Mario Pérez, quien les planta para la sección Tercera, también tiene ya la renovación en la mano para continuar en esta plaza.