Decenas de miles de personas llenaron la totalidad de La Marina de València para presenciar, el espectáculo pirotécnico más particular que se haya disparado en la ciudad de València. La Doble Mascletà Vertical convirtió el recinto portuario en una explosión de luz, color, fuego y ruido durante 11 intensos minutos que acabaron con una cerrada ovación y gritos de "genio" dedicados a Ricardo Caballer.

El disparo comenzó con el lema "totes les falles son especials", que es el lema de la campaña de este año de Amstel, la firma cervecera que ha organizado y patrocinado el evento. Unas letras que pudieron verse en un rótulo pirotécnico y trazadas en el cielo. A partir de ahí, la pirotecnia compuso un particular ballet de efectos con todo tipo de figuras geométricas que han hecho las delicias del público. Un público que ni siquiera tuvo en cuenta que la apoteosis, el doble terremoto, empezó antes de tiempo al prenderse en uno de los extremos. De hecho, lo único que de verdad se lamentó fue el viento, que no soplaba en la dirección conveniente para "limpiar" el cielo con más rapidez.

De cualquier modo, este disparo volvió a marcar un hito en la historia de la Fiesta por su carácter extraordinariamente novedoso.

Como era de esperar, la finalización del espectáculo provocó un monumental atasco de salida de todos los vehículos que regresaban al centro de la ciudad a pesar de que miles de personas acudieron a pie y que el transporte público funcionó abarrotado hasta bastante tiempo después de acabar el espectáculo.