«Va a ser el cementerio mejor señalizado del mundo». Con esta lacónica expresión, el vicepresidente y portavoz del Gremio de Artistas Falleros, Ximo Esteve, opinaba sobre la idea de utilizar figuras de un hombre y una mujer vestidos de valencianos en los semáforos de la Ciudad Fallera. Una iniciativa que parte de la concejalía de Cultura Festiva que, aunque también ha tenido una legión de seguidores, no es vista precisamente como una prioridad. A favor de la idea está la originalidad de la misma, la apuesta por la iconografía fallera y las posibilidades que tiene, sobre todo porque es un modelo que, en otras ciudades europeas, funciona muy bien como promoción y porque su coste es escaso. Por contra, lo que se cuestiona es por qué no se utiliza esta promoción en el centro de la ciudad, que es donde habrá miles de turistas, mientras que la Ciudad Fallera no es, en estos momentos, un foco de atracción.

Para el portavoz de los artistas «no puedo pensar en algo que, estará mejor o peor, pero no es lo que nos tiene que ayudar. Es como dar una aspirina a alguien que tiene una enfermedad grave. Tenemos tantas necesidades, tantos problemas y tenemos una profesión tan amenazada, que no puedo pensar en semáforos. Cuando se declaró a la fiesta Patrimonio de la Humanidad se nos dirá que nos iban a proteger. Lo que se ha hecho hasta ahora desde las instituciones es insuficiente. Esto se muere».