La Crida marca el inicio de las Fallas 2018. Un curso, el penúltimo de la legislatura, en la que la seguridad se presenta como el elemento clave. La fiesta transcurrirá con más y más regulaciones, no siempre cómodas para sus protagonistas. Entre la necesidad de domesticar una fiesta inabarcable y que sus protagonistas no se vean encorsetados, la conciliación debe ser una básica. Estas son las claves de lo que ha de venir.

Seguridad extrema

Fallas desplazadas y nueva catalogación de las calles

La amenaza yihadista (que ya se sufrido en otros eventos masivos o festivos en otras partes de Europa) ha obligado a extremar las precauciones en los dos grandes focos de aglomeración: la plaza del Ayuntamiento y las calles de Russafa. La primera, por las «mascletades»; las segundas, por las multitudes que acuden a ver la iluminación. Se han dividido en tres tipos de calles. En dos de ellas no puede haber público y se reservan para la evacuación o de vehículos o de personas. Dos comisiones han tenido que abandonar sus emplazamientos históricos: San Vicente-Periodista Azzati y Ribera-Convento Santa Clara.

Llenazo

Fin de semana apoteósico

Una de las imágenes de las Fallas de 2017 fue la de la ingente cantidad de personas que acudieron a València. Este año, el fin de semana cae en 17 y 18, con San José el lunes. Se prevé, por ello, la misma y masiva presencia de visitantes. Con sus ventajas e inconvenientes.

BandoEl eterno debate de las carpas y de la venta de comida

El Bando de Fallas no ha contentado prácticamente a nadie. Los falleros, porque el montaje de las carpas será el viernes 9 (salvo excepciones). Para los colectivos falleros, es insuficiente porque no da tiempo a montar todas las que ese día tienen actos. Los vecinos que las consideran una molestia dicen que se plantan un día antes que el año pasado y que estarán tres días (12, 13 y 14) absolutamente inutilizadas. Una situación que el año próximo aún será peor y que sólo mejorará en 2020.

A los mercados ambulantes les pasa algo parecido. Las fallas se han quedado sin poder utilizarlos el fin de semana del 10 y 11, pero no menos cierto, en este caso, es porque no hubo unanimidad entre los colectivos falleros. Y los hosteleros no ven bien que, en Russafa, puedan permanecer abiertos mientras que los bares de la zona no pueden sacar las mesas. Y que no se señala como imprescindible que los puestos de venta de comida sean gastronetas.

Sección Especial

Se quedan las «clásicas»

Aunque Malvarrosa ya podía considerarse un habitual en la cita, la Sección Especial ha perdido a esta comisión y a Mistral-Murta, que siempre competían en inferioridad de condiciones. La primera apuesta claramente por las luces y la otra tiene que sanearse. La máxima categoría se queda con las nueve ya «clásicas», entre las que destacan poderosamente l'Antiga de Campanar (que defiende el título logrado el año pasado), Plaza del Pilar y Convento Jerusalén, cuyos presupuestos (170.000, 160.000 y 200.000 euros) marcan diferencias. Ha pasado el tiempo de las fallas de un millón.

Nueva clasificaciónMás manejable, pero con más «cabezas de ratón»

La nueva clasificación tendrá 23 categorías. Que serán más fáciles de visitar por los jurados (el máximo de participantes son 18) y que dará más ganadores, aunque es difícil pensar que eso devalúe la satisfacción que supone ganar, aunque se antoja que la creación de tantas categorías hará perder un cierto valor al triunfo, especialmente en las secciones de mitad hacia abajo. Los jurados se designarán por consenso o por sorteo, sin paridad entre hombres y mujeres y cada vez más se trata de incidir en la enorme responsabilidad que tienen, puesto que están jugando con el pan de unos profesionales en la cuerda floja

Fallas municipalesAudaces, pero más «falleras»

Las fallas municipales del año pasado tuvieron su lado bueno: recibieron tantas críticas, que se puso el ojo sobre unas obras que, tradicionalmente, pasaban desapercibidas. En este nuevo curso se sigue apostando claramente por la innovación, pero más controlada. El proyecto de Okuda, materializado por Latorre y Sanz, sigue apostando por «otra cosa», pero con una estructura más reconocible. La infantil será diferente al convencionalismo imperante, pero bajo parámetros no ya aceptados, sino de éxito, que es lo que acompaña desde hace tiempo a Miguel Hernández.

Debates sexistasMarcados por la crispación

Era de esperar que un gobierno de izquierdas abanderara mensajes de paridad, lucha contra el machismo, homofobia y a favor de la libertad de orientación. Pero desde una parte de las cabezas visibles de la fiesta se ha tomado como una ofensa. Sobre todo, desde que el Consell de la Dona anunciara una «inspección» de los mensajes que se expresan en las Fallas. La falta de conocimientos de unos y la facilidad para sentirse ofendidos de otros ha propiciado el desencuentro.

FallerasImagen de embajadoras

La Junta Central Fallera está intentando poner en valor la figura de la fallera mayor de València y su corte de honor como algo más que un acompañamiento más o menos representativo. Se les está dando cada vez más protagonismo, se les insta a hablar en público, incluida la corte y, en definitiva, que tengan un papel más relevante como embajadoras de la fiesta, aprovechando su incontestable capacidad de atracción.